La UD Ourense está a tiempo de solicitar que la segunda vuelta la juegue íntegramente como equipo local. Quinta victoria consecutiva de los rojillos en el campo de O Couto, esta vez ante un Arzúa que nunca le perdió la cara al partido y que siempre estuvo rondando el empate, con una última ocasión en la que a Iker Hurtado le faltó muy poco para conectar con la pelota. Decidió un gol de Champi nada más volver del descanso. Vuelta a la normalidad pues, puerta a cero y tres puntos de una tacada. Séptimos continúan los ourensanos, que abren hueco con los que vienen por detrás y presiona a quinto y sexto, que tiene a dos puntos sólo.

La baja por sanción de Tiago fue resuelta de una forma poco esperada, con la entrada de un inédito Manu Blanco. No fue el único movimiento, dos intocables arriba, Iago Blanco y Carlos, perdieron la plaza, que ocuparon Rubén Arce y Marquitos. Atrás sí que no se tocó una coma, con Josu ejerciendo de nuevo como central y Gabi Sanín ocupando el lateral derecho.

Poca ofensividad hubo en la primera parte, avisó el Arzúa con un remate que se perdió cerca del poste y respondió Alfredo con otro similar. Cercano el cuarto de hora probó Champi al guardameta Israel, que respondió bien. Con el descanso acechando fue Hugo García el que buscó el gol, pero empaló demasiado arriba.

El destino se alió esta vez con los ourensanos a la vuelta de vestuarios, si unas cuantas veces fueron ellos los que recibieron un gol ésta fueron ellos los que golpearon. Marquitos inició, Hugo, de espaldas a puerta, abrió para Champi, que inició un tuya mía con Alfredo que cerró con un disparo cruzado y poco violento que superó al portero.

No hay victoria sin sofoco, no habían pasado cinco minutos cuando el poste evitó el empate. Pendientes de un hilo se entró en los diez minutos finales. Isi tuvo el segundo, pero la pelota se perdió a medio palmo del palo. La tuvo también el Arzúa, pero Iker no llegó por muy poco. Así que nada se movió.