En sus inicios, el Día da Bici perseguía un objetivo fundamental, que no era otro que más que fomentar el uso de la bicicleta. El siguiente paso fue consolidarla como una fiesta familiar, dirigiéndola principalmente hacia la participación mayoritaria de los más pequeños de la casa. Posteriormente vino el buscar la concienciación hacia el respeto a las personas usuarias de la bicicleta, y por último busca cumplir una función reivindicativa, además de continuar con todas las anteriores funciones.

Las intolerables cifras de siniestralidad de los últimos años han provocado que muchos ciclistas, por miedo, hayan dejado de disfrutar de la bicicleta y que a los más pequeños, en aras de su seguridad, se les esté impidiendo andar en bicicleta por las vías públicas.