Carballo no ha conocido otro club que el Palmés, excepto un mínimo periodo en el que lo compatilizó con los infantiles del Santa Cruz. Pero que dejó por no poder con todo.

- Mira que si por falta del carnet de entrenador tiene que dejar el banquillo...

F.C.- Me presenté hace dos años, pero suspendí dos asignaturas. Sólo podría volver a intentarlo si hubiese un curso en Ourense, porque tengo claro que fuera no me puedo ir. Si se soluciona, la intención es seguir, ya lo he hablado con los jugadores.

- ¿De verdad que nunca le han chillado desde la grada?

F.C- No, al menos si lo han hecho yo no lo he escuchado. Casi todos los que van al campo son amigos desde hace mucho tiempo, así que... Soy muy conocido en Palmés, aunque soy de Vilamarín, mucha gente en Ourense piensa que soy de allí, la gente es buena conmigo.

E.F.- Estamos en Palmés, una gloria de pueblo. Tenemos una afición extraordinaria, más allá de las bromas de bar, lo cierto es que no ha habido un solo berro en el campo.

- ¿Y ahora qué?

E.F.- Pues a intentar subir de nuevo. Tenemos un reto a tres años, la idea es que el Palmés tiene que estar en Segunda y peleando pos ascender a Primera. No en Primera, porque eso no nos lo podemos permitir.

- ¿Que tiemble Ferguson?

F.C.- Si yo vine sólo por un año... En el segundo andaban buscando entrenador, pero que si unos querían cobrar mucho, otros no sé qué... El caso es que me quedé. Como el escudo, casi soy como el escudo. Pero el que manda es el presidente.