Gonzalo Iglesias estuvo de cañas la noche del miércoles. Había que celebrar que había sido elegido mejor entrenador de la liga femenina por la asociación nacional de entrenadores de fútbol sala. El 47 por ciento de los votos fueron a parar al entrenador ourensano, por los 37 para Julio Delgado, técnico del Burela. Tercero quedó el del Atlético de Madrid, Andrés Sanz. Callo le va a salir a Iglesias, es la tercera vez que es reconocido.

"Siempre gusta que a uno le reconozcan el trabajo, la verdad es que me considero un tío bastante querido. No me quiero olvidar de mi cuerpo técnico, muy bueno y muy fiel, de mi segundo, Isidro (Grela); de Cristian, el psicólogo; de Cris, la fisio; la delegada, Enátali; Rubén, el entrenador de porteros... Nos llevamos muy bien, todos los jueves salimos juntos. Y las jugadoras, claro, gran parte de culpa es de ellas", relata Iglesias, que ya fue premiado cuando entrenó al Poio igualmente en la Primera división femenina y cuando dirigía al Toulouse, equipo francés con el que ganó todos los partidos de la primera vuelta y más tarde ascendió de categoría.

Llama la atención que no se espere a que finalice la liga, ¿por qué ahora? "Porque la gala es a finales de junio y supongo que antes habrá que encargar los obsequios. Hemos tenido suerte, las votaciones se hicieron en el momento justo, cuando estábamos en el mejor nivel", remarca Iglesias, feliz de la vida porque el Ourense Envialia fue elegido equipo revelación de la competición, en una terna compartida con la liga masculina que también integran Rivera Navarra y Peñíscola.

"Ya estuve nominado otra vez, entonces ganó Carlos Navarro, el técnico del Femesala Elche muchos años, para mí el mejor entrenador del fútbol sala femenino español", remacha Iglesias, "un fanático del tenis", dice, que ya tiene asegurada la presencia en París en la final femenina y las semifinales masculinas de Roland Garros.