El Ourense Envialia entregó la cuchara en la final de la Copa Galicia, 0-3, un resultado que resume la diferencia de pegada entre las ourensanas y el Burela. Porque en juego no hubo una gran diferencia, las de Gonzalo Iglesias dominaron el balón y el partido durante muchos minutos, pero no tuvieron la claridad suficiente para hacer gol. Enfrente, un equipo plagado de internacionales no tuvo necesidad de la pelota durante muchos momentos, una transición rápida le fue suficiente para asegurar el título.

Un golpe de suerte, de mala suerte más bien, dificultó el partido para las ourensanas. Un saque de banda pegó en Chiqui y acabó en la red. Era el minuto 9 y las lucenses se ponían por delante, el peor escenario posible. Llegaron acto seguido los mejores minutos del Ourense, que con una presión muy arriba robaba y remataba, sólo que sin acertar con la puerta. Ana Romero, la guardameta del Burela, era un muro infranqueable. Unos cuantos disparos y varios saques de esquina fue toda la producción ofensiva del Envialia, que empezó a ver de lejos el título cuando una transición fulgurante empezó con una pared en medio campo y un remate de primeras de Peque, que entró como un avión. 0-2, minuto 16.

La segunda mitad fue un ejercicio de control del Burela, ante un Ourense que apostó por el juego de cinco desde el arranque. Los minutos fueron pasando sin mayores novedades, Burela se sentía cómodo y las de Iglesias no daban con la tecla. Ese gol que le hubiera permitido entrar en el partido no llegó y por contra, a falta de cuatro minutos, Luci sentenció definitivamente la final.

Todos cumplieron en A Coruña, el Burela partía como claro favorito y se llevó el triunfo sin recibir un solo gol en dos partidos; el Envialia estaba obligado a derrotar al Cidade de As Burgas en la semifinal y el 4-1 así lo dice; y Amarelle y el otro conjunto ourensano no fueron convidados de piedra en la competición. El próximo año, la decimocuarta edición espera campeón.

Gonzalo Iglesias, el entrenador del Ourense Envialia, dijo tras la final que "si ya de por sí Burela es un gran equipo, el primer gol en propia puerta nos lo ha puesto más difícil todavía, hemos tenido que ir a remolque, justo lo que no queríamos. Hemos tenido muy buenos minutos en la primera parte, en los que hemos podido empatar, no lo hemos hecho y el segundo gol nos lo ha puesto casi imposible. Luego, en la segunda mitad, hemos apostado por un juego de cinco al menos para manejar la pelota, porque nos ha faltado profundidad. Buscábamos un gol que nos metiese en la final, pero nos cuesta mucho ver puerta. En fin, hemos sido valientes".

"Quitarle el balón al Burela es muy difícil, tienen muchas rotaciones y no se nota cuando cambian jugadoras, a resto de equipos nos cuesta más. Hemos dado la cara, el guión se ha cumplido pero hemos competido al máximo", añadió el entrenador del Ourense Envialia, que ya piensa en modo liga, el que dice que el sábado recibirán desde las cinco al Roldán murciano, tercer clasificado.