Un accidente de tráfico sucedido hace casi nueve años le cambió la vida a Marcos Movilla Martínez. Las secuelas físicas fueron graves. Con la minusvalía a cuestas ingresó en una clínica especializada en Madrid, donde comenzaron los progresos. "Tiene mucha fuerza de superación. Empezó a caminar, después a intentar correr y, cuando tenía cierta coordinación, se presentó en el gimnasio porque quería hacer kárate", recuerda todavía con un poso de asombro el que ha sido su supervisor y compañero desde entonces, Alberto Casado.

Docente, entrenador nacional, 4º Dan y director de la Escuela Gallega de Preparadores de kárate, Alberto Casado reconoce que el tesón de Marcos le ha ganado. "Es una persona que tenía una vida normal que de repente se trunca y la adaptación a su nueva vida es el mérito. Levantarse, saber luchar, ese optimismo. Hace de todo y nunca dice que no a nada", explica.

A mediados de enero, Marcos Movilla acudió con la selección gallega al campeonato de España de parakárate, celebrado en Leganés, donde en kata con discapacidad física (también hay las categorías para minusvalías visuales y psíquicas) obtenía la medalla de bronce. Era su segundo metal en un campeonato nacional y su palmarés se completa con los títulos autonómicos. "Lo del campeonato es lo de menos -destaca su entrenador, Alberto Casado-. Lo que le gusta es estar con los compañeros y disfrutar del ambiente que se vive en un campeonato de España. Estar allí y pasárselo bien es lo que le tira. Con ilusión y con las ganas que haga falta, ahí está luchando". Entre los objetivos también prevalecen los vitales sobre los meramente deportivos, asegura el entrenador de Marcos Movilla. "Ha llegado un momento, -apunta- que sabe que a una Paraolimpiada no le van a llevar porque hay gente con mucho nivel, por lo que la idea es seguir ahí, disfrutando del ambiente y de los compañeros, poder decir, he llegado aquí y se me ha reconocido".