Orgullosa por haber amparado a los "deportistas de alto nivel", impulsado la igualdad y apostado por criterios de "necesidad y urgencia" para invertir en infraestructuras, objetivos que compaginará en el futuro con nuevos proyectos, Marta Míguez ha soplado esta semana las velas de los dos años que lleva al frente de la Secretaría Xeral para o Deporte. La ourensana se muestra satisfecha por haber ejecutado en la Xunta de Galicia un programa deportivo que "volvería a repetir" si retrocediera en el tiempo a diciembre de 2016, cuando suplió a José Ramón Lete Lasa.

Míguez se ha apoyado en su experiencia personal como deportista olímpica (en lanzamiento de jabalina) y en gestión local (en el Consello Municipal de Deportes del Concello de Ourense) y asegura que lo más le enorgullece de su aportación al deporte gallego es "el amparo" que tienen ahora "los deportistas de alto nivel, una muesca que llevaba en la culata".

Se refiere, principalmente, a la creación del programa 'Eu son DGAN' (deportista gallego de alto nivel), con el que ha conseguido ya que 42 personas hayan encontrado trabajo después de haber dejado atrás sus carreras deportivas: "Es una muestra de nuestro compromiso real hacia ellos", explica.

También resalta haber activado la Escuela Galega del Deporte y haber impulsado la Comisión contra la Violencia en el Deporte y la Comisión de Prevención y Represión del Dopaje, que "estaban en la ley pero no desarrolladas".

Ha seguido, dice, "criterios de necesidad y de urgencia" a la hora de invertir en infraestructuras, como sucederá con el rocódromo de Lugo. "Cuando se haga, aportaremos la cantidad prevista porque va a ser un deporte olímpico y tenemos que tener un emplazamiento para él en Galicia", sostiene.

Míguez subraya, además, haber promovido la Red del Deporte Gallego para "hablar de lo que más preocupa en el deporte federado" y un "plan de auditorías para controlar a las federaciones". "Estamos haciendo un estudio de los costes reales de las federaciones para ver si es suficiente la subvención que reciben para asumir su función pública (desarrollan otra privada)", indica.

Desde la Secretaria Xeral, ha tratado de "poner" su toque, el que le ha aportado su propia experiencia de llegar al deporte de élite "saliendo de un ámbito rural". "El deportista de alto nivel no surge por generación espontánea, le tenemos que mimar y darle herramientas de ayuda", sostiene.

Habla de igualdad, de mujeres, pero también de hombres, ya que, por ejemplo, quiere que el permiso de paternidad se amplíe y, aparte de los seis meses de baja, se prolongue por un año la condición de deportista de alto nivel.

Otras medidas

Son propuestas de conciliación en el deporte de élite que forman parte de un decreto que ya está en función pública y que tendrá que pasar por la asesoría jurídica, el consello consultivo y, por último, el de la Xunta para ser una realidad.

Otra de las iniciativas ha sido no patrocinar eventos deportivos en los que los premios por los mismos puestos y categorías tengan diferencia en cuantía entre la competición masculina y la femenina.

"Era una necesidad. Se estaba pidiendo a gritos", apunta Míguez. Las traineras son un ejemplo: "Era una deuda cultural, antes no teníamos tiempo al deporte y ahora, con estas medidas, intentamos que no se ningunee a ninguna mujer".

A Galicia la considera un referente a nivel deportivo: "Tenemos muchos deportistas de élite y de muy diferentes palos". "En prácticamente todos los deportes contamos con esas personas comprometidas que quieren ser el mejor en lo suyo. Es algo que admiro ahora más que antes, porque antes las opciones eran pocas. Hoy hay muchas más opciones de ocio, recreativas, viajes, el mundo está más cerca y que aun así la gente se empeñe en ser el mejor en lo suyo...", elogia.

Mantiene un "contacto directo" con los deportistas y confiesa que se le "cae la baba" cuando recibe mensajes de los deportistas cada vez que progresan en sus carreras. "Me enriquece mucho este trabajo porque tengo oportunidad de conocerlos y conocerlas, como si fueran amigos míos. Paula Ginzo, el día que está en Ourense, me llama para vernos; es como si viera a una hija mía", asegura.