Al Celta empiezan a no salirle las cuentas con las que esperaba afrontar una temporada tranquila y con la ambición puesta en las plazas europeas, pues en trece jornadas de Liga solo ha podido sumar 14 puntos. Manteniendo esa media de 1,07 puntos por partido, las notas finales de la temporada de los célticos le alcanzarían únicamente para obtener 40,9 puntos. Con ese resultado final, el conjunto vigués se movería probablemente entre los límites del suspenso y el aprobado. Pero como recordaba Iago Aspas en la mañana de ayer: queda mucha Liga por delante.

Consumido el primer tercio del campeonato, el balance del equipo celeste, que comenzó dirigiendo Antonio Mohamed y del que ahora se encarga Miguel Cardoso, no invita al optimismo, pero tampoco al pesimismo ni, muchos menos, al catastrofismo. De hecho, no es la peor puntuación que obtiene el Celta en las últimas dos décadas. Curiosamente, el récord negativo en este intervalo lo ostenta el actual seleccionar Luis Enrique Martínez, quien en la temporada que trabajó en Vigo obtuvo 12 puntos al concluir la decimotercera jornada. La directiva de Carlos Mouriño mantuvo al asturiano en el cargo, pese a caer a la decimosexta plaza de la clasificación e igualado a puntos con la zona de descenso. El proyecto acabaría consolidándose y el cuadro vigués cerraría el curso en una notable novena posición, con 49 puntos.

Un lustro después de aquel delicado momento con el preparador asturiano, el Celta vuelve a afrontar una situación similar, aunque con dos puntos más, un puesto más arriba y con tres de distancia con el descenso. En veinte años, no ha habido otra peor.

Se repite por tercera vez, en cambio, la circunstancia de contabilizar 14 puntos en el primer trimestre de la competición regular. Las anteriores tuvieron desenlaces diferentes. En el curso 2012-13, el equipo dirigido primero por Paco Herrera y después por Abel Resino fue incapaz de remontar posiciones. Se mantuvo en el pozo de la clasificación hasta el último instante y evitó el descenso de manera agónica.

Peor le fue al Celta durante la temporada 2003-04 (con Lotina y Antic), cuyo balance de las trece primeras jornadas también presentaba 14 puntos, aunque se situaba en una posición peor en la tabla (16º, a dos puntos del descenso). Acabó en fracaso el proyecto, con Moncho Carnero y Rafa Sáez para poner el cierre. El equipo vigués finalizó penúltimo y descendió después de vivir su primera experiencia en la Liga de Campeones. De Europa se fue directamente a Segunda División.

Últimamente, los primeros tercios del campeonato resultaron favorables para el Celta. Tras los malos resultados con Herrera y Luis Enrique Martínez, los registros de Berizzo (durante tres años) y Unzué resultaron satisfactorios. En el primer arranque del argentino, el equipo vigués alcanzó la octava plaza en la decimotercera jornada de Liga, aunque después llegarían los problemas tras encadenar una decena de partidos sin ganar.

El mejor resultado de esta primera parte del curso corresponde al curso 2015-16, en el que el Celta acabaría clasificándose para Europa diez años después de su última experiencia internacional. En el segundo año de Berizzo, el Celta era cuarto en el primer tercio, con 24 puntos. Bajó cuatro puntos y cinco puestos en la tercera y última campaña del argentino en Vigo.

Su sucesor también repitió la novena plaza en ese tramo inicial del campeonato. Juan Carlos Unzué sumó 17 puntos a estas alturas de LaLiga, con diez de margen sobre los puestos de descenso. El cambio de entrenador el verano pasado no surtió el efecto esperado. Con Mohamed, el Celta ha protagonizado un irregular comienzo que le ha llevado a protagonizar el segundo peor balance del primer tercio del curso en las dos últimas décadas.