La Unión Deportiva Ourense llega a la fase más dura del calendario en el podio de la Tercera División. Los de Fernando Currás aventajan en su situación de privilegio en un punto al Compostela, que la pasada temporada se quedó a un gol encajado de regresar a Segunda División B. El rival está mucho más acostumbrado a esos lujos clasificatorios. También tiene mucha más obligación, aunque en las filas unionistas reconocen que sientan bien las alturas.
"A nivel personal no me suele gustar mirar la tabla tan pronto, y menos este año, pero obviamente te refuerza la confianza y las ganas de seguir compitiendo y currando. Mola verse ahí entre los cuatro primeros", asegura el mediocentro Germán Pérez al final de una semana que acaba el domingo, a las 12.00 horas, en San Lázaro.
Inflado con 17 puntos el colchón que les permite esquivar el desgaste de la ansiedad, el jugador ourensano entiende que queda margen para exigirles también ante los más fuertes: "Ahora que demostramos que podemos hacerlo así, como mínimo hay que mantener la competitividad y el compromiso. Los resultados malos pueden llegar, por mucho que compitas bien, porque la racha mala puede venir como vino la buena, pero hay que seguir así. Sería el mejor camino para hacer un año bueno".
Como todos los compañeros que repiten en la UD Ourense tras lograr el ascenso la pasada campaña, Germán reconoce que la temporada se presta al disfrute. "Claro que sí. El año pasado fue duro, porque era de ambición máxima, querías ascender sí o sí. Estabas deseando que pasaran las semanas sin valorar el día a día y la Tercera ya es una categoría en la que, vayas a donde vayas, hay campos buenos y rivales competitivos con buenos jugadores. Se disfruta de otra manera, es otro mundo".
La condición de invicta tras siete partidos que adorna el aterrizaje de la UD Ourense en Tercera División puede llevar a la euforia, pero en la plantilla aseguran que está preparados para cuando llegue el golpe. "Cuando se gana somos altos y guapos y, al perder, ya parecemos más feos y bajitos, pero hay que estar preparados y pensar que en un partido pueden pasar mil cosas. Entre ellas que el rival simplemente sea mejor que tú. Y eso llegará, porque tenemos que asumir que no vamos a sumar siempre. Hay que convivir con eso", afirma Germán.
Los unionistas se han destacado por una solvencia defensiva que, por el rival y el escenario, el domingo se somete a su prueba más exigencia. El mediocentro no se mete en el área que le toca a su entrenador, pero sí tiene claro que hay que mantener la identidad ante una potente maquinaria ofensiva.
"Por la dinámica que tiene el equipo con Yago Iglesias en estas últimas temporadas, el Compostela sabe a lo que juega, al ataque. Es un equipo que se expone y que intenta someter al rival. No soy entrenador y no sé si será o no un suicidio meterse atrás, habrá planteamientos para combatir su forma de jugar. Un suicidio será no ser nosotros mismos y no ir con la línea que estamos jugando. Con la estrategia que diga el míster, pero sin condicionarnos por el rival, sino pensar en nosotros", expone Germán.
El escenario es de los que invita a mostrar el catálogo de condiciones técnicas, porque el sacrificio se le supone a esta UD Ourense. "Por el campo no hay excusa. En dimensiones es de lo mejor que te puedes encontrar, el césped suele estar bien y está claro que es un campo para disfrutar y hacer cosas con balón", indica el '6' unionista.
