"Es un privilegiado", afirma orgullosa Rebeca González. Es la madre de un niño ourensano de diez años que el próximo 4 de septiembre se incorpora a la cantera del Atlético de Madrid. La convicción con la que Javier Fernández González eligió irse de casa les tranquiliza. "Sentimos mucha alegría por él, porque es lo que le gusta. Estamos muy contentos y ojalá que disfrute y que aproveche la oportunidad", explica la madre.

Fue una decisión tomada "libremente", aclara. "Tiene 10 años, pero sabe lo que quiere. Le gusta mucho el fútbol y se decidió por irse porque quería probar", añade. Rebeca González confía tanto en las condiciones humanas como en el talento para jugar al fútbol de su hijo: "Es un niño muy sociable. En casa está siempre con un balón en los pies y ahora está haciendo la pretemporada con su hermano, que tiene 13 años, porque quiere ir preparado a Madrid. Le gusta el fútbol, quiere que sea su futuro y la suerte ha sido buena porque él ya era del Atlético de Madrid".

En cuanto los emisarios del conjunto rojiblanco le plantearon la posibilidad de llevarse al niño, la familia se tomó su tiempo para dar una respuesta, apunta la madre. "Le invitaron a ir y fue porque quería ver lo que le ofrecían. Le gustó lo que vio y vino convencido de que quería probar. No pierdo nada por hacerlo, nos decía", recuerda.

En poco más de dos semanas cambiará su vida. El joven futbolista ourensano reconoce que no le da llegado el momento de formar parte de los alevines del Atlético de Madrid. "Estoy muy contento y quiero marcharme ya", aseguraba ayer Javier Fernández González sin un atisbo de indecisión. Es un central diestro, que va bien de cabeza y con buena salida de balón. "Tengo intensidad, soy agresivo", agrega en su ficha personal.

La temporada en el Celta fue positiva y llamó la atención. Intercaló el alevín A con el B y "las cosas salieron bien", resume Javier Fernández sobre su paso por A Madroa. En su primera toma de contacto con el club rojiblanco, al jugador le impresionó el estadio Vicente Calderón. Todavía no ha podido ver el nuevo campo, el Metropolitano, pero sueña con poder pisar su césped. "Ya era del Atlético desde pequeño y me gustó mucho el estadio -afirma-. Quería intentarlo y probar para verme cómo estoy allí. Tengo muy claro que quiero ser futbolista y ojalá pueda jugar en el Metropolitano". El apoyo de casa es firme. "Mi hermano -Jaime, también futbolista del Pabellón- está muy orgulloso y mis padres me han animado para que probara con el Atlético", subraya. No solo no le impone lo que pueda encontrarse en la residencia del Atlético, sino que está deseando conocer a sus nuevos compañeros.