El Pabellón hizo la machada ante el Deportivo, un rival que pelea por el título y que en la primera vuelta le metió nueve goles. Los tres puntos son puro oxígeno ya que alivian el problema clasificatorio de los ourensanos. El martes repiten en casa ante un directo rival y si vuelven a ganar verán el futuro con más optimismo. El partido comenzó con dominio aplastante del conjunto coruñés, demostrando los chavales de José Ramón su calidad. Movieron bien el balón, ante un conjunto pabellonista que estaba muy bien plantado en defensa y buscaba sorprender a la contra.

Los minutos fueron transcurriendo, el Pabellón seguía fuerte en defensa y peleaba cada balón en el centro del campo, lo que hacía que el Deportivo apenas crease ocasiones. Carral era un espectador. En el 34, una jugada que iniciaba Pitu, el balón llega a Guede, que mete un pase entre líneas que fue recogido por Rivero. Gran control y mejor definición ante la salida del portero.

Tras encajar, los deportivistas adelantaron sus líneas e intentaron el empate en jugadas de estrategia, para aprovechar la mayor estatura de sus jugadores, pero la defensa ourensana replicó a la perfección en todas sus acciones. Ya en el 44, en una falta botada por Pablo, el portero no bloca el balón y el defensa Mario muy atento alimentó las esperanzas con el 2-0.

En la segunda parte, se mantiene el guion. Un Pabellón parapetado tras dos líneas con Rivero como único avanzado y con el Depor llevando la iniciativa. Tocaron y tocaron, pero al llegar al área la defensa se mostró contundente. Los de Guillermo García y Figo no se prodigaron en ataque, dedicando su esfuerzo a defender la valiosísima ventaja. El partido se jugaba en una mitad de campo, donde los de José Ramón dominaron pero sin disparar entre los tres palos. En el 70, el Depor hizo tres cambios para darle más mordiente a su ataque y recortar la diferencia. Brais tuvo la mejor oportunidad, en un cabezazo a un córner que rozó el travesaño. Gorka entró en los pabellonistas tras varios partido ausente. Ya en la prolongación, Hugo recortó diferencias, pero no hubo tiempo para más.