El Barbadás renueva esta tarde en el campo de A Magdalena de Vilalba su vínculo con la Tercera División. Ya no es novato y ha fichado jugadores de peso, pero su técnico se aferra a los principios de humildad y trabajo.

- ¿Qué le pide al nuevo Barbadás?

- Lo que le pido siempre, compromiso, y que prime el bien común por encima de cualquier actuación individual.

- ¿Tiene mejor equipo o diferente?

- De momento diferente. Lo de mejor se demostrará o no a lo largo de la competición. Si digo que este equipo es mejor sería faltarle al respeto a los anteriores jugadores y si digo que es peor, me dirán que a ver a quién he fichado. Por eso tendrán que demostrarlo con resultados.

- ¿Tiene el gol entre ceja y ceja?

- Fundamentalmente tenemos que defender bien porque cualquiera que no sea de los equipos de arriba, que van a tener buena defensa, buen centro del campo y buena delantera, tiene que estar seguro atrás. Si defendemos bien, tendremos mucho conseguido. El gol no nos preocupa, porque si en algo hemos mejorado es en la cantidad de jugadores que hacen gol.

- Un club que va a por los 600 socios no puede ir de modesto.

- El Barbadás es un club modesto en cuanto a presupuesto. Las nóminas quizás sean de las más modestas de la categoría. Hay una cantidad máxima estipulada y a cualquiera que se lo digas en Tercera no se lo cree. ¿Qué ocurre? Que cobran todos a final de mes. El Barbadás está creciendo, logró el ascenso a Tercera, se mantuvo y tiene una buena estructura de base, pero si perdemos las raíces de lo que somos nos equivocaremos. Lo definió muy bien Rosalía Mera, viniendo de donde venimos, no podemos dejar de ser un club modesto.

- ¿Cuál será su empeño personal para la temporada?

- Que el equipo mejore, que ofrezca mejor fútbol. Tengo la sensación de que vamos a hacer algo más. Si eso dará réditos, el tiempo lo dirá, pero para el aficionado, el Barbadás de este año es más atractivo y disfrutará más.

- ¿Cómo se va a llevar con los árbitros?

- En ese aspecto estoy mejorando bastante porque creo que callado estoy mucho mejor. Siempre digo que es una batalla perdida y no quiero volver a entrar. La ventaja es que si echan al entrenador el partido no cambia y si echan a un jugador, cambia mucho.