El Frigoríficos del Morrazo-Construcciones Castro regresó ayer a la competición un mes después de su último partido oficial. Era el primer encuentro después del brote de Covid-19 que afectó a gran parte del equipo y eso se notó en una noche para olvidar en Pamplona. Los cangueses perdieron 38-24 ante el Helvetia Anaitasuna en un encuentro en el que la desventaja llegó hasta los 16 goles en el segundo periodo.

El partido de ayer fue la prueba de que la igualdad este año en Asobal será poco menos que imposible. Sobre la pista navarra se vio a un equipo lanzado, apenas perjudicado de momento por el Covid, como Anaitasuna, y a otro, el Cangas, completamente falto de ritmo y que antes de acabar el primer periodo estaba fundido físicamente.

El arranque fue frenético, un correcalles en el que el gran beneficiado fue el conjunto pamplonés, que en un abrir y cerrar de ojos se plantó con un 6-1 en el electrónico. Los locales se mostraban acertados en ataque –acabaron el encuentro con un 80% de efectividad– y el Cangas todo lo contrario, con errores de lanzamiento y pérdidas que facilitaban contragolpes claros y goles fáciles a su rival.

Esta puesta en escena provocó un tiempo muerto inmediato por parte del entrenador del Cangas, Nacho Moyano. Tras ese inicio trepidante y con el pie cambiado el Frigoríficos logró reducir paulatinamente la desventaja hasta que un gol de Baptista puso el 9-8 en el minuto 16.35. Parecía el inicio de un partido nuevo y en cierto modo lo fue, pero de nuevo a favor de Anaitasuna. Esta vez fue el entrenador local, el gallego Quique Domínguez, quien solicitó un tiempo muerto y su equipo reaccionó con un parcial de 3-0 en menos de dos minutos para ponerse con un 12-8.

El Frigoríficos aún tuvo capacidad de reacción y después de un gol de Adrián Menduíña recortó la desventaja a solo dos tantos (12-10, min.21). Pero hasta ahí llegó el combustible de los cangueses, que dispusieron de apenas una semana y media de trabajo tras más de un mes de parón obligado por el coronavirus. El Anaitasuna volvió a estirar la diferencia hasta un 17-11 en el minuto 27 y al descanso el marcador reflejaba un 19-13.

El paso por los vestuarios no cambió la situación. Más bien al contrario. Cualquier opción de remontada quedó sepultada en los primeros diez minutos de la reanudación, en la que el equipo de Quique Domínguez endosó al Cangas un parcial de 10-1 para colocarse con un 29-14 en el minuto 40.

A partir de ahí ya no hubo más partido, con un Frigoríficos fundido física y psicológicamente y un Anaitasuna que llegó a doblar en el marcador a su rival, con diferencias que por momentos llegaron a los 16 tantos (31-15).

El Frigoríficos del Morrazo tendrá que olvidar de inmediato este encuentro y centrarse en su siguiente duelo, que será este mismo sábado en el pabellón de O Gatañal (19.00 horas) ante el Bada Huesca, otro equipo que llega en un buen estado de forma y juego.