A sus apenas 18 años llegó a Cangas como una apuesta mucho más de futuro que de presente, con la idea de que su formación pasase fundamentalmente por el Automanía Luceros. Pero lejos de haber llamado a la puerta, Brais González se ha mostrado dispuesto a derribarla. En apenas mes y medio de competición el jugador procedente del Embutidos Lalinense ha alcanzado su sueño de debutar en la Liga Asobal y la próxima semana se incorporará a una concentración de la selección júnior en Béjar. Cangas está siendo para él un master acelerado de balonmano.
"Estoy muy contento. Sin duda las cosas me están saliendo mucho mejor de lo esperado", afirma recién llegado a casa tras el viaje de regreso desde Barcelona tras haber disputado el duelo de Copa del Rey ante el Unió Esportiva Sarriá. Lo cierto es que, tras quedarse fuera de las dos primeras convocatorias de Liga, la ausencia de Carlos Vilanova en el tercer encuentro le permitió sumar su primera presencia en la lista del Frigoríficos del Morrazo. Y eso, con Nacho Moyano en el banquillo, es sinónimo de minutos. El duelo ante el Puerto Sagunto significó su debut en la máxima categoría, con gol incluido. "Ha sido todo muy rápido", asegura. El año pasado jugó minutos en Primera Nacional, pero sin tener un papel predominante. Ahora lo hace en Asobal. "Es un salto bastante grande", reconoce, "especialmente en el aspecto físico. En Asobal ya hay gente bastante corpulenta. Técnicamente no se nota tanto porque hay un buen nivel en la Primera Nacional", continúa.
Ahora, tras haber estado anteriormente en convocatorias con la selección española promesas, le toca hacerlo con la júnior, en la que ha entrado en sustitución de Didac Romero. "Es una alegría, fue todo de repente", dice. Su temporada está siendo inolvidable y no duda en subrayar que "no me arrepiento ni lo más mínimo de venir aquí, y aunque jugase menos tampoco lo haría. Esto es el lugar de Galicia donde tienes un mayor nivel".
