El EDM A Estrada despertó ayer de su sueño y lo hizo de la manera más abrupta. Era el marco perfecto. Por primera vez, los rojillos disputaban una fase de ascenso a Liga EBA ante su afición y esta respondió como se esperaba. Unas 500 personas llenaron la pequeña pista del Coto Ferreiro para asistir al episodio final de un equipo que, pese a sus evidentes limitaciones, habia sido capaz de desafiar a rivalesde grandes cuidades y canteras para ser campeón de la liga regular. Esa bonita historia sin embargo no tuvo un final feliz. Hay muchas rezones que puede explicar en parte porque el EDM no terminó celebrando ayer el ascenso con sus aficionados, como quizás merecía, pero todo se resume en una frase, el Obradoiro fue mejor (58-73).

Los rojillos conocieron por la mañana quién iba a ser su rival en esta fase. En el duelo de semifinales entre el Obradoiro y el Sigaltec de Vilagarcía solo hubo un equipo. Los compostelanos se colaron en la final con una demostración de fuerza, con un 85-66 que incluso les permitió dosificar jugadores para el partido de la tarde contra los rojillos y lo cierto es que ese supuesto cansancio que debían arrastrar de la mañana no se dejó notar.

Tras la victoria del Xiria ante el Seis do Nadal en la otra final, el Coto Ferreiro se vistió de rojo para el partido de los estradenses, que apostaron por imponer un ritmo muy alto desde el inicio. Esa apuesta no desagradó a los compostelanos, que demostraron que pueden hacer daño a la carrera. Fue un primer cuarto igualado y con alternancias en el marcador a pesar de terminar con el Obra por encima (16-21). Ambos equipos mostraron sus armas, con los locales haciendo daño con Samuel, con una buena defensa y robos de balón, además de pelear bien bajo los aros. Los visitantes por su parte destaparon sus individuales, con un Tomás que llevó el mando del partido y con un Bocca que amenazaba siempre desde el triple (acabó con un 5 de 9).

En el segundo cuarto, los de David González remontaron con una buena defensa para colocarse arriba, 22-21 tras un parcial de 8-0. Fue la última vez que lo hicieron. La sensación de igualdad entre ambos equipos se esfumó y, guiados por Tomás, los de Santiago abrieron brecha antes del descanso con un 27-37 en el marcador.

Los estradenses salieron al tercer cuarto dispuestos a dar la vuelta al marcador. Con corazón y mucha intensidad, lograron por primera, y quizás única vez, poner contra las cuerdas al Obra. Con doce abajo, el EDM firmó un parcial de 9-0 para colocase a cuatro y alentar los ánimos de su afición. Fue sin embargo un espejismo. Los visitantes apretaron de nuevo para acabar el cuarto diez arriba (47-57). En el último, ya no hubo historia, con un Obradoiro que llegó a irse 16 arriba.

De esa manera se selló la cruel derrota de un EDM al que parecieron pesarle en muchos momentos la precipitación y los nervios de esta final y que en algunos momentos se topó con un arbitraje muy permisivo con los compostelanos. Este resultado no empaña sin embargo la gran temporada realizada por un equipo empeñado en ser grande.