Pablo Cacheda valora la victoria conseguida el sábado en Ribadavia frente al Carnes do Ribeiro, pero reconoce que al Disiclín Balonmán Lalín todavía le falta para ser el equipo que él quiere. “Ahora que ya volvemos a tres sesiones semanales de entrenamientos, espero que para el próximo desplazamiento fuera de casa a Cangas frente al Automanía Luceros el equipo esté prácticamente al cien por cien. Tenemos tres semanitas más de entrenamientos en las que hay que seguir mejorando física y tácticamente, y confío en que para principios del mes de noviembre, finales del mes de octubre, el equipo esté preparado”, explica. Cacheda sí se muestra satisfecho con la plantilla actual y, aunque no contempla fichajes, recuerda que todavía quedan fichas por cubrir. En este sentido indica que “está el tema de Roberto Álvarez ahí en el aire. Hay dos fichas libres porque este año son 20 en lugar de 18. La incorporación es la de Roberto si él quiere y puede, y si no el resto somos los que estamos y aún así tenemos una plantilla muy completa. Cualquier equipo querría tener una plantilla así de larga”.

Los 2 puntos conseguidos en la primera jornada no nublan la realidad para un entrenador que subraya que “por suerte se empieza con una victoria pero las sensaciones no son exactamente las que a mi me gustaría porque llegamos súper justos. Tuvimos 20 minutos bastantes buenos y, después, pegamos un bajón físico y mental. Nos costó sacar el partido adelante”. Pablo Cacheda destaca que “tenemos que recordar lo que es jugar en Primera Estatal y que en esta categoría un partido fuera de casa siempre fue difícil, sobre todo en pistas como las de Ribadavia donde el ambiente te lo pone todavía más complicado”.

Por último, en cuanto a la profundidad de banquillo de este año aclara que “para nosotros las rotaciones son importantes. El poder tener 16 jugadores que te dan un cambio de calidad mejora mucho. Pachi y Bruno hicieron un partido fantástico y creo que fueron claves en el devenir del partido igual que Losón. El resto tuvieron todos sus 20, 25 o 30 minutos de juego. Eso hace que Pachi y Bruno lleguen frescos a los minutos finales y eso es fundamental”.

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