“El año pasado comencé con lesiones y me costó mucho entrar en el equipo. Ese año, aprovechando la situación del Covid, me propuse ponerme mejor físicamente y bajar peso. Por suerte, el trabajo dio sus frutos y de momento me están saliendo las cosas bien”, explica. “Bajé catorce kilos y todavía espero bajar algunos más. El cuerpo lo nota. Tenía ganas de hacer este esfuerzo por quien me está pagando y por quien apostó por mí. Era hora de volver a estar bien conmigo mismo y de ayudar al equipo a pelear por cosas más bonitas que no sea evitar el descenso”.
“Me peso y me asusto de lo que bajé pero luego me veo en la tele y digo, pero si estoy gordo igual. Es cierto que esta camiseta no nos hace justicia. Incluso a jugadores fuertes como Carabán parece que tienen barriga con ella”, bromea. “No me importa como se me vea. No pasa nada. Lo importante es que me siento bien y que me hacía falta bajar un poco”.
El buen comienzo de temporada ha convertido al centrocampista en el máximo goleador del equipo con cuatro tantos en siete partidos. “El año pasado creo que metí cuatro o cinco en toda la temporada, con dos o tres de penalti, y este año ya llevo los mismos. Es cierto que en el gol contra el Ribadumia tuve ayuda del portero. Estoy contento, pero no solo por los goles, sino por las sensaciones que tengo sobre el campo y porque me encuentro cómodo. El míster además está apostando por mí. Las sensaciones en todos los sentidos son mucho mejores que las del año pasado”.
Buena culpa de su bajada de peso la tiene el preparador físico del Estradense, Manuel Blanco. “Tengo una relación muy especial con él y fue el que me dijo que tenía que ponerme las pilas y me animó a no dejarme ir. También el presidente me animó mucho. Al final bajé de la burra y me hicieron entrar en razón”.
Brais Calvo reconoce que la pasada temporada fue dura para él, con ese rol secundario que tuvo que asumir. “Cuando sales siempre desde el banquillo es como si llevases una losa encima. Es muy complicado porque tardas en encontrar el ritmo del partido o quieres hacer muchas cosas en quince minutos y no te sale nada. Salir bien desde el banquillo es una virtud y tiene mucho mérito”, afirmó.
El jugador del Estradense mira ahora al futuro con optimismo. “Quiero y espero vernos entre los seis primeros pero hay cuatro equipos que son claros favoritos a terminar en esas posiciones de arriba. Luego estamos nosotros en un grupo de varios equipos que pelearemos por terminar quintos o sextos. Intentaremos salvarnos sin meternos en la lucha por el descenso”.
Jornada mañana y el martes
Estradense y Estudiantil afrontan un puente clave para decidir su futuro a corto y largo plazo. Será una doble jornada, con un primer partido mañana y otro el martes festivo. En el caso de los rojillos, mañana visitan el campo del Atios, un rival directo en la zona media de la clasificación. Son sexto y séptimo, con un punto de diferencia a favor de los de Alberto Mariano. El martes, el equipo tendrá que jugar de nuevo como visitante y lo hará en uno de los campos más complicados de la Tercera gallega, el de A Lomba, donde les aguarda el líder Arosa. Los estradenses necesitan salir airosos de esta doble jornada, tanto para mantenerse en la zona media-alta, como para recuperar sensaciones después de sumar solo tres puntos de los últimos doce. El Estudiantil por su parte recibe mañana al Bergantiños en Santa Isabel, mientras que el próximo martes visitan al Deportivo B. El colista necesita empezar a sumar y conocer la victoria en Tercera.
