El Disiclín Balonmán Lalín cayó derrotado ayer en la pista del San Pablo Burgos por 32-29. A pesar de lo apretado del marcador final, el choque estuvo siempre controlado por los locales, que llegaron a tener ventajas de diez goles en la segunda parte. Los rojinegros sin embargo nunca se dejaron ir a pesar de tener el partido casi imposible y llegaron a poner en peligro la victoria de los burgaleses colocándose a tres goles.

Los de Pablo Cacheda firmaron una primera parte para olvidar. Los rojinegros afrontaban el choque ante el Burgos con el objetivo de no cometer errores que permitiesen correr a su rival e hicieron todo lo contrario. Los primeros treinta minutos terminaron con un larga lista de balones perdidos, con transiciones rápidas de su rival. Esos errores, en muchos casos no provocados, se unieron a fallos en los lanzamientos y buenas paradas del meta local Mile para hacer que las diferencias a favor del Burgos fuesen creciendo hasta alcanzar la máxima de nueve goles 16-7 en el minuto 25. El ataque de rabia final de Román y Roberto les permitió irse al descanso a siete goles y con la necesidad de pasar página a nivel mental de una primera parte en la que por momentos se vieron desbordados.

Se esperaba un paso adelante de los rojinegros pero este no llegó. Los locales siguieron llevando el mando y fueron ampliado su cuenta para llegar a los diez tantos de ventaja, 23-13, que parecían dejar el partido sentenciado. Los de Cacheda sin embargo no se rindieron y, aprovechándose bien de varias exclusiones del Burgos, fueron recortando diferencias. Los rojinegros dieron protagonismo a jugadores menos habituales como Pedro Toimil o Javier Iglesias, que respondieron al reto dándoles un plus de intensidad. Su esfuerzo les permitió ponerse a tres tantos 31-28, a falta de minuto y medio, con una clara contra que Ramón no logró aprovechar. La buena actuación de Ibrahim bajo palos y varios destellos individuales del Burgos impidieron al Disiclín culminar la gesta.