Durante muchos años la pequeña parroquia de Aguións fue lugar de peregrinación para muchos estradenses. El motivo, la Taberna de Marque. La fama de sus comidas y su animado ambiente hacían que un gran número de vecinos recorriesen cada día la escasa distancia del casco urbano a Aguións para tomar algo y echar la partida. Tras la barra estaba Jesús Marque Bendoiro, un hombre siempre ligado al mundo del fútbol y una de las caras más visibles de la importante e histórica Peña Celtista Estradense. En esa humilde taberna de aldea arranca esta historia, un relato de como Monchiño llegó a conocer a su gran ídolo, el astro argentino del Real Madrid, Alfredo Di Stefano.

Ramón Fuentes García, más conocido como Monchiño, era a mediados de los sesenta un incansable niño de la parroquia de Aguións. Su familia se había instalado en la zona llegados desde Arzúa y pronto Moncho se hizo muy conocido entre sus vecinos. Aquejado de enanismo, siempre fue muy inteligente y se integró como uno más entre los niños de la parroquia. Moncho tenía sin embargo una pasión enorme por el fútbol. Sus amigos lo recuerdan por lo buen portero que era a pesar de sus limitaciones físicas y por pasar horas en los entrenamientos de los equipos de fútbol del municipio.

El ídolo de Moncho estaba sin embargo muy lejos de Aguións. Aquel niño era un gran seguidor de un Real Madrid que por aquella época mandaba en Europa y de su principal figura, el argentino Alfredo Di Stefano. Esa gran distancia entre ambos personajes se vio reducida el día 23 de enero del año 1964. En esa fecha el Real Madrid visitaba el campo de Pasarón para medirse al Pontevedra. Fue un encuentro que despertó una gran expectación, ya que los astros visitaban a un equipo que vivía una de sus épocas doradas y que siempre daba guerra ante sus aficionados.

La presencia de Di Stefano y los suyos a tan poca distancia de A Estrada hizo que en Aguións se organizase una excursión para asistir al partido. Al frente de la iniciativa estaba una vez más Jesús Marque, quien decidió que esa visita del Real Madrid era una buena oportunidad para intentar que Monchiño conociese en persona a su gran ídolo. El tabernero habló con los padres del niño y los convenció para que lo dejasen ir con ellos hasta Pasarón.

Una vez allí, Marque y los suyos tiraron de contactos con la directiva del Pontevedra y todo parecía cerrado. Tras el partido Monchiño podría bajar a la zona de vestuarios para conocer a Di Stefano. El destino sin embargo fue caprichoso. Tras un partido muy duro, el Madrid cayó derrotado por 1-0 contra el conjunto de la capital del Lérez, algo que no sentó nada bien siempre ambicioso astro argentino. Di Stefano dijo que no quería saludar a nadie pero la insistencia de los directivos de ambos equipos terminaron por convencerlo. El jugador del Madrid terminó cumpliendo el sueño del pequeño Moncho. Tras ser presentados, Di Stefano estuvo conversando un rato con el niño, a quien realizó varias preguntas antes de regresar junto a su equipo.

De aquel encuentro quedó para la posteridad una foto en la que ambos protagonistas se dan la mano. Durante muchos años esa foto lució enmarcada en las paredes de la Taberna de Marque. El establecimiento terminó cerrando sus puertas hace 25 años por falta de relevo generacional, momento en el que la familia de Marque decidió regalar la foto a un Monchiño por aquel entonces ya mal de salud. Falleció poco después, mucho antes que su gran ídolo, y lo hizo dejando una profunda huella entre todos aquellos que lo conocieron y sin ceder ni un ápice en su pasión por el fútbol.