El Embutidos Lalinense cerró el 2019 de la mejor manera posible. Los de Pablo Cacheda afrontan un largo parón de Navidad con la sensación del trabajo bien hecho. Su victoria de ayer ante el Cañiza ha dejado a los rojinegros en la primera posición de la clasificación del Grupo A de la competición Nacional independientemente de lo que haga hoy el Lanzarote contra el Lavadores. Doce victorias y solo una derrota muestra un gran comienzo de temporada del equipo lalinense, que pueden redondear el 11 de enero si vencen en la pista del Bueu para llevarse el título honorífico de campeones de invierno.

Son posiciones que a estas alturas no sirven para nada. Los rojinegros sin embargo están acompañando esos números con unas buenas sensaciones sobre la pista. Ayer afrontaban un partido trampa, contra un rival de la zona media sin presión pero que llegaba en un buen momento después de tres victorias consecutivas.

Los rojinegros sin embargo no dieron opciones a su rival, abriendo una brecha de ocho goles cuando solo se habían disputado quince minutos. La buena defensa y portería de los locales les dio la opción de correr y eso se plasmó pronto en el marcador. A partir de ahí, el Embutidos Lalinense controló con acierto el partido, con ventajas que siempre se movieron entre los siete y los diez goles.

"Tenía un poco de miedo porque veníamos de un partido en el que también abrimos brecha pronto y después nos remontaron. Esta vez sin embargo no pasó. Estuvimos concentrados hasta casi el final", explicó un Cacheda contento con lo que les ha traído el 2019. "Ha sido un año inmejorable. Solo tuvimos un día malo desde que yo me hice cargo del equipo. Hemos hecho además buen juego y a nivel entrenamientos solo le puedo poner un diez a la plantilla", afirmó.

El choque ante el Cañiza dejó sin embargo problemas con cortes y bajadas de potencia de luz, que obligaron a parar el partido en varias ocasiones. Además, las goteras y la humedad volvieron a hacer acto de presencia.