El Embutidos Lalinense terminó la duodécima jornada en la Primera Nacional como líder de su grupo. No es un liderato en solitario, ya que cuenta con los mismos puntos y partidos que un Lanzarote que descansó en esta jornada, pero sí supone un golpe de moral para un equipo empeñado en hacer las cosas bien esta temporada con el objetivo de volver a disputar una fase de ascenso. La primera etapa en busca de esa meta final está ahora en el parón de Navidad, al que su técnico, Pablo Cacheda, quiere llegar en el liderato y con un registro de doce victorias y una sola derrota. Sería un gran balance para comenzar a preparar la dura segunda vuelta que tendrán por delante.

Marcada la meta, hay que dar pasos firmes y esos pasan por vencer en pistas como la de Ribadavia que visitaron ayer. El Carnes do Ribeiro no está en su mejor momento y eso se dejó notar en un partido que los lalinenses tuvieron controlado en todo momento. Ni siquiera sus fases espesas a la hora de atacar frenaron a una máquina capaz de hacer mucho daño si mantiene la concentración.

El encuentro comenzó con un Embutidos Lalinense con problemas para superar la defensa del Ribeiro, momentos de acoplamiento en los que se asentaron en su buena defensa para dejar un marcador bajo y ajustado a los diez minutos (3-3). La ofensiva de los rojinegros tardó poco en comenzar a funcionar. Un parcial de 0-4 mediada la primera parte les permitió abrir la primera brecha en el marcador, que se ampliaría con otro buen momento antes del descanso y tras el paso por los vestuarios para dejar un marcador de 10-15 que dejaba el patido encarrilado.

Esa renta fue dura de asumir para un Carnes do Ribeiro que no vio opciones de remontar. "Si sales concentrados y abres brecha contra rivales a los que no les están saliendo las cosas terminan bajando", explicó Cacheda, quien se mostró contento por el liderato. "Es algo banal pero que ayudará a mantener la concentración", afirmó.