- Da la sensación con usted que cada Volta a Portugal que disputa tiene un ligero punto reivindicativo.
- Yo gané la Volta a Portugal en el año 2013 e hice podio en otras ediciones. Viví esta carrera desde lo más alto y eso te deja un gusanillo que te dice que quieres volver a revivir esas sensaciones. Ese recuerdo es algo que siempre intentas repetir pero no es nada fácil. Aquí son muchos los que vienen con ese objetivo y el trozo grande la tarta se lo lleva solo uno.
- Su preparación está además muy centrada en esta Volta, un trabajo cuyos réditos dependen de solo unos días de competición.
- Cada año todo el trabajo está cada vez más centrado en esta vuelta. El calendario, los días de competición están medidos para no llegar con demasiados encima a este momento, el descanso se organiza para llegar en las mejores condiciones... Todo se enfoca hacia esto. El problema es que si tienes un día malo todo ese trabajo se puede quedar en nada. Recuerdo el año que tuve que correr con una costilla con una fisura. Fue un momento muy duro. Verte en la disputa por las primeras posiciones y de repente verte fuera por algo así es complicado, y más sabiendo todo el duro trabajo que hay detrás para llegar en buena forma.
