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fútbol - Segunda Autonómica

Un capitán en el exilio

A sus 39 años y tras una temporada retirado, Suso regresa al fútbol para enrolarse en el Vilatuxe - Después de 17 años en el Lalín volverá al punto de partida

Suso, ayer, en el Manuel Anxo Cortizo, con la camiseta el Vilatuxe. // Bernabé/Javier Lalín

"Los chavales dicen que les grito mucho pero a estas alturas no voy a cambiar. Creo que eso es algo que te queda después de tantos de exigencia en el Lalín", afirma el ahora central del Vilatuxe. Esos años de experiencia en categorías superiores es precisamente lo que buscaba Albeto Tamayo cuando descolgó el teléfono para llamar a su viejo y retirado capitán. El exentrenador del Lalín iniciaba un nuevo proyecto en San Lorenzo, con mucha juventud y pensado a largo plazo. Para llevar a cabo su plan, Tamayo necesitaba sin embargo un referente, alguien que mostrase a ese joven plantel la filosofía de un fútbol más profesional y que al mismo tiempo se convirtiese en un referente. Al otro lado del teléfono, Suso dijo que sí.

Quizás no tenía más remedio que hacerlo. La propuesta que Tamayo puso ante él era una oportunidad en muchos sentidos. Uno de ellos es que le permitía cerrar un círculo que se inició hace una década, cuando finalizó su etapa en los juveniles del Lalín. En aquella época el equipo rojinegro militaba en Segunda B y no había sitio para un joven lateral salido de la cantera. En ese momento se cruzó en su camino Fernando Otero, un técnico que le ofreció acompañarlo en su aventura en el Vilatuxe. Allí estuvo una temporada, con 19 años, conociendo un mundo diferente. "La gente iba allí a hacer deporte y pasarlo bien. No había una exigencia", explica. Suso sin embargo quería algo más, así que al año siguiente regresó al Lalín, en donde consiguió, esta vez sí, hacerse un hueco. A partir de ahí inició una larga y de sobra conocida carrera en el Manuel Anxo Cortizo, que terminó con él como capitán.

El desgaste de tanto años lo llevó sin embargo a la retirada. Tenía 38 años. Probó durante un tiempo en el Piloño, equipo en donde juegan muchos de sus excompañeros pero descartó la oferta al encontrarse una exigencia que ya no buscaba. De esta manera colgó unas botas que un año después ha decidido sacar del armario. "Después de 25 años jugando al fútbol, lo echaba de menos. Lo hice por un tema de salud y también por entretenerme. Además, esto no es el Lalín. Aunque Tamayo quiere hacerlo bien y darle seriedad, la exigencia no es la misma", manifestó.

El defensa dezano se mostró contento de poder formar parte de un proyecto nuevo que buscar hacer las cosas bien y con calma. "El objetivo es mantenerse, pasarlo bien e ir creciendo a partir de la gente joven", afirmó un hombre que destacó la importancia del buen grupo creado en el vestuario. "Son grandes chavales, muy jóvenes. Muchos me preguntan cosas de otra época. Está bien. Para eso estoy aquí".

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