El Embutidos Lalinense cayó derrotado ayer ante el Teucro tras un meritorio ejercicio de responsabilidad. Los rojinegros tenían motivos para no creer, para dejarse llevar ante un equipo de Asobal y para tomarse esta semifinal de copa como un test físico de valiosa carga. Los de Lalín sin embargo no son de esa pasta. Lo demostraron ante el Cisne en cuartos y ayer lo volvieron a hacer ante un rival que sufrió mucho más de lo esperado y más de lo que refleja el marcador final.

La diferencia entre ambos equipos era notable sobre el papel y analizando los protagonistas. Esa diferencia sin embargo se diluyó en una primera parte en la que reinó una igualdad absoluta. Los rojinegros pusieron su habitual dosis de intensidad para mantenerse de lleno en el partido, llegando al descanso con un 14-15 en el marcador. Tras el paso por vestuarios, el partido cambió, pero no drásticamente. Los de la capital del Lérez subieron la intensidad de su juego y la diferencia de peso se dejó notar en los contactos. Ese factor, unido a algunas decisiones erróneas y despistes defensivos, permitió al Teucro lograr pequeñas rentas, respondidas con esfuerzo por los lalinenses. Hasta el minuto 55 los de Milucho se mantuvieron en el partido, abandonando la pista con la sensación del deber cumplido, un valioso botín teniendo en cuenta la desnivelada batalla que tenían en O Rosal.

Tras el encuentro, el técnico explicó que su equipo disputó un gran partido, tanto a nivel táctico como de juego. "Hubo detalles que hicieron que fuésemos perdiendo algo de fuelle en la segunda parte", explicó. Milucho valoró sin embargo este torneo como un gran paso adelante en pretemporada, con duelos intensos y contra rivales de entidad.

Los rojinegros jugarán hoy a las 11.00 horas contra el Novás con el tercer puesto en juego.