El paso del Arosa por Cantarrana solo puede servir de punto de inflexión si realmente quiere ser una alternativa convincente al ascenso de categoría. Y es que la actuación arlequinada en Viveiro fue un compendio de errores y falta de argumentos que haría tambalear los cimientos de cualquier candidatura a algo tan ambicioso como la vuelta a 2ª RFEF.

Los errores y falta de intensidad de los de Luisito se convirtieron en una alfombra roja para un Viveiro que llegaba a la cita muy tocado anímicamente y que terminó con la sensación de haber tenido a su merced a un rival al que caricaturizaron en más de una acción.

Desde el arranque el ritmo de los de Alberto López marcó lo que luego sería tendencia. El balón empezó apuntando hacia la portería de Manu Táboas, pero poco después el viento cambió su dirección radicalmente para empezar a soplar a favor de los vilagarcianos. Fue a raíz de que Borja Míguez forzase un penalti a Yepes en el vértice del área que el propio delantero compostelano mandó al fondo de la red.

Cotilla ejecutando un pase en presencia de Arona Sané. FDV

Paradójicamente ese 0-1 se convirtió en el principio del fin para un equipo que se durmió en los laureles y al que ni siquiera su incansable afición, otra vez representada visual y sonoramente en la grada, pudo despertar. Una falta botada desde la medular confirmó las sospechas cuando el uruguayo Nico Madero ganó el duelo aéreo para dejar un balón a Íker Hurtado quien lo envió al fondo de la red para poner fin a cuatro partidos seguidos sin encajar en la portería de Manu Táboas.

La planicie futbolística de los de Luisito alimentaba aún más la confianza en sí mismo de un Viveiro que tenía absolutamente controlado a un Arosa que ya no sería capaz de volver a disparar entre los tres palos en todo lo que restaba de partido. Ni siquiera alguna transición esporádica pudo ayudar a sacudirse la incómoda sensación de no encontrar la manera de lucir argumentos propios de un equipo llamado a las más altas cotas. Lo que se estaba viendo sobre el maltrecho césped de Cantarrana era más bien todo lo contrario. La de una escuadra reblandecida, sin capacidad de reacción y de una fragilidad que decepcionaba al más optimista.

La afición del Arosa se hizo sentir en Cantarrana. FDV

El arranque de la segunda parte fue todavía peor para los intereses arlequinados. Ni siquiera una oportunidad de Sylla en un cabezazo a saque de esquina evitó la debacle posterior. De una pérdida de balón en zona de riesgo de Javi Sandá nació una extraordinaria acción individual del andaluz Sergio Otero quien, tras hacer un túnel a un defensor visitante, batió a Táboas en un gran disparo cruzado pegado a la cepa del poste. Era el 2-1 y ni siquiera el electroshock del gol consiguió devolver signos vitales a un equipo inerte.

Arona Sané, que llegó a debutar en Primera con el Atlético de Madrid, se convirtió en un tormento para toda la defensa vilagarciana. Luisito modificó prácticamente todo en cuestión de minutos, pero el resultado siguió siendo el de tranquilidad para la portería del canterano madridista, Adrián Casillas.

Solo en el último tramo el Arosa fue capaz de embotellar a los viveirenses con continuos centros al área en los que nadie era capaz de rematar ante el buen hacer defensivo de los locales.

Luisito no ocultó su enfado con el equipo al término del choque. FDV

En el explícito ejercicio del quiero y no puedo, lo único indiscutible fue que el castigo aún no había tocado a su fin para los de Luisito. Una nueva e inexplicable pérdida de balón al borde del área, ya en el descuento, permitió a Sergio Otero golpear nuevamente la portería visitante para rubricar lo que debe servir de lección a un equipo que llegó a Cantarrana con la guardia baja y se fue con la mandíbula partida.

Luisito: “Si vuelve a pasar más de uno se va para su casa”

Luisito mostró un enfado importante y no lo ocultó. “Un equipo jugó con una intensidad tremenda y el otro hizo el ridículo. Una vez sí, pero más así no paso. Lo único que tengo que hacer es pedirle mil perdones a la gente que vino de Vilagarcía, pero esto no vuelve a pasar más porque si no más de uno se va para su casa. O marcho yo o esto no lo consiento. Consiento perder, porque esto es fútbol y Sané hace de Cotilla un trapo porque tuvo un buen día, pero lo que no puede ser en cosas entrenadas hacerlas tan mal”.

Añadió que “no hay disculpa, ni siquiera el campo porque el nuestro está mucho peor y da vergüenza. Pasó que enfrente tuvimos futbolistas súper humildes, que jugaron con una intensidad tremenda y nos dieron una lección”.

Ficha del partido:

Viveiro: 3

Adrián Casillas, Yepes, Carlos González, Nico Madero, Cristiam Ndjom, Arona Sané (Lucas Fanego, min. 89), Fran Rolle (Juan López, min. 89), Arturo Calvo (Gabriel Barroso, min. 75), íker Hurtado (Jerome Eros, min. 89).

Arosa: 1

Manu Táboas, Santi Figueroa (Hugo Barcia, min. 66), Pacheco, Martín, Cotilla, Brais Vidal, Sandá (Mario Domínguez, min. 56), Iñaki (Brais Pedreira, min. 56), Sylla (Hugo ,Losada, min. 56), Borja Míguez y Julio Rey (min. 46).

Goles: 0-1, min. 8: Borja Míguez, de penalti; 1-1, min. 14: Íker Hurtado; 2-1, min. 54: Sergio Otero; 3-1, min. 92: Sergio Otero.

Árbitro: Castro Alarcón (A Coruña). No mostró amarillas.

Incidencias: Campo de Cantarrana. Cerca de 250 espectadores. Notable presencia de aficionados del Arosa.