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El fútbol pasa a ser deporte individual

La imposibilidad de entrenar como grupo obliga a los clubes a personalizar el trabajo

Imagen del último entrenamiento colectivo del Arosa celebrado en Vilaxoán el pasado jueves. // I. Abella

La situación de emergencia generada por la pandemia del coronavirus ha supuesto, entre las muchas medidas adoptadas, el cierre de las instalaciones deportivas. Esta decisión alterará la dinámica normal de funcionamiento de muchos deportistas, entre ellos los equipos de fútbol inmersos en una fase de sus temporadas en las que el entrenamiento es básico para la consecución de sus objetivos.

Pese a que las competiciones están suspendidas un mínimo de dos semanas, todos los cuerpos técnicos están perfilando planes de trabajo de manera individualizada para que todos los deportistas puedan mantener un tono físico adecuado para retornar a la competición con garantías.

En esas se encuentra el propio Arosa que, acogiéndose a las normas de aislamiento marcadas por el gobierno, ha suspendido sus entrenamientos colectivos a la espera de la evolución de los acontecimientos para fijar una nueva fecha para retomar el trabajo colectivo.

El trabajo individualizado se ha convertido en la única opción para poder mantener un tono adecuado. En este sentido el trabajo de los preparadores físicos cobra una especial importancia. Los propios jugadores recibirán en las próximas horas unas pautas en las que se tratará de desarrollar trabajo tanto aeróbico como anaeróbico, puesto que todo lo relacionado con cuestiones de equipo como la táctica y la estrategia, quedan obligatoriamente aparcadas.

Si bien todos los clubes dan absoluta prioridad a erradicar el coronavirus por el bien social, lo cierto es que la indefinición respecto a la evolución de las competiciones también está sobre la mesa.

De momento ninguna entidad quiere pensar en otra cosa que no sea la precaución a la hora de establecer una hoja de ruta. Cuestión aparte supone la obligada recolocación de fechas en unas competiciones que pueden extenderse más allá de las previstas inicialmente.

Las posibilidades de jugar jornadas entre semana empieza a cobrar mucho sentido, situación idéntica para todo el fútbol español por lo que cuestiones como el arranque de las eliminatorias del play-off de ascenso también es mas que probable que se vean alteradas.

Otro de los efectos colaterales será la economía de los clubes que podrían tener que hacer frente a más meses de competición y salarios con el desequilibrio que ello generaría en los presupuestos diseñados antes del coronavirus.

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