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Balonmano - 1ª Aut.

Fin de semana aciago para el Rasoeiro

Los grovenses sufren dos derrotas condicionadas por las numerosas bajas

Fin de semana aciago del Calmear Rasoeiro que cayó en dos envites consecutivos ante rivales de la zona media, que partían como propicios para subir posiciones en la tabla. Primero el sábado, en O Porriño, donde perdió por 35-27, y luego el domingo -que respondía al aplazado de diciembre- ante el Seis do Nadal en Vigo (31-26). Las bajas condicionaron en exceso al Rasu en estos dos choques para plantar cara a unos rivales que disponían de más profundidad de banco.

Primero, el sábado, Pablo Filgueira acudía con dos porteros y tan solo ocho jugadores de campo, entre ellos, con dos únicas primeras líneas, teniendo que improvisar para palearlo sobre la cancha. Pese a todo, el Rasu ofreció una imagen digna en cuanto a entrega, tirando del 5-1 y del 4-2 defensivo como sistema para alejar a sus laterales, pero el Porriño encontraba caminos para meter balones a su pivote, con mucha envergadura para recepción, y que resultaba letal en los seis metros. Así las cosas el Porriño abría rentas a las primeras de cambio (7-2 en el minuto 10), llevándola hasta los 10 goles en el 25 (18-8). El pundonor de los grovenses posibilitó maquillarla un tanto con un parcial de 2-5 es esos minutos finales que les dejaba siete abajo al descanso (20-13).

No hubo chance para la mejora en el segundo tiempo, porque cuando el Rasu optaba ocasionalmente por el 6-0 para cerrar al pivote, emergía el lanzamiento exterior de los laterales que resultaba, si cabe, peor.

En ataque, impotente, el Rasu solo anotaba cuatro goles en 20 minutos, que transformó el 25-18 del 35 en un 32-22 en el 55, y que se quedaba luego en el 35-27 final.

El domingo, en Vigo, aún con algo más de efectivos, el Rasoeiro mantuvo el tipo en el primer tiempo ante el Seis do Nadal, cediendo ventajas mínimas y sucesivos empates, que se plasmaban en un 16-15 al descanso. Pero en el segundo, la buena conexión de su primera línea con el pivote resultó decisiva para el ataque local, mientras el Rasu marró lo indecible desde los seis metros. Así el 24-21 del 40' era el signo de alerta para romper el partido. Por delante 20 minutos en los que los grovenses solo fueron capaces de materializar cinco goles que dejó el electrónico en 31-26.

A la doble derrota le acompaña el efecto colateral de la lesión de Rodrigo Mouco en Porriño. Las pruebas médicas descartaron ligamentos, pero está pendiente de si tiene afectado el menisco, lo que le hará perder las tres jornadas de liga que quedan. Unas jornadas que el Rasu afronta ya sin objetivos por arriba en la tabla, si acaso con el de salvar la octava plaza con el Eumesa, que es noveno, y con quien empata a 16 puntos. Por lo demás, cuando menos, la permanencia está sellada para lo que queda de liga.

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