Hay partidos en los que la única lectura positiva que se puede hacer es el resultado. El disputado en la tarde de ayer entre el Cortegada y el Pozuelo bien puede ser un ejemplo de ello, puesto que el baloncesto bien se puede decir que brilló por su ausencia, especialmente el defensivo.

Recibían las jugadoras de un sancionado Rubén Domínguez a un Pozuelo que pasaba por ser el único equipo de la competición que contaba todos sus partidos por derrotas. Y lo cierto es que durante 35 minutos se creyó que podría cambiar su racha llegando a estar en muchas ocasiones por delante en el marcador.

El ritmo de partido se vio un poco más bajo de lo habitual, aunque tampoco conviene descartar en ello la influencia de una pista de Fontecarmoa que volvió a ser víctima de la condensación y la humedad. Resbalones más que peligrosos y problemas para jugar con velocidad se repitieron una y otra vez a lo largo del partido.

Los errores en el lanzamiento fueron una constante durante todo el primer cuarto. Daba igual la distancia que el resultado iba a ser casi siempre el mismo. El ejemplo es que se produjeron hasta 24 rebotes en esos primeros 10 minutos además de sucesivas pérdidas de balón que obligaban a que las diferencias no excediesen más allá de los cuatro puntos con los que se cerró el primer parcial (15-11).

El peso de las rotaciones tampoco se hizo notar en exceso. Diego García, ayudante de Rubén Domínguez, no encontraba la fórmula para empezar a decantar el partido a su favor. En ello también tenía que ver la falta de dureza defensiva que hacía que la circulación de balón de las madrileñas fuese mucho más cómoda de lo recomendable.

El Pozuelo llegó a tener pequeñas ventajas en el marcador. Ni siquiera los cambios defensivos pudieron mejorar la solidez local a la hora de parar las anárquicas acciones ofensivas de las madrileñas, llegándose al descanso con un 33-31.

La dinámica del partido no varió nada en el arranque de la segunda parte. Las pérdidas de balón eran una constante por parte de ambos conjuntos y el partido no terminaba de encontrar la fluidez necesaria para beneficio local. El Pozuelo se agarraba al partido como buenamente podía y también fue capaz de llevarse el parcial del tercer cuarto, al igual que hiciera en el segundo.

El momento más crítico para el Cortegada fue cuando a falta de 7 minutos se vio 4 puntos por debajo en el marcador (49-53). Un parcial de 9-0 culminado con un triple de Patricia Vicente que lanzó a su equipo hacia la tercera victoria de la temporada. El Pozuelo ya no mostró ningún tipo de capacidad de reacción resignándose a la misma suerte que le viene persiguiendo toda la temporada.