El nuevo Asmubal arrancó la liga como un ciclón barriendo en los arranques de cada período al Moaña. Y lo hacía ante un pabellón que presentaba una excelente entrada, con unas 200 personas en Coirón.

El 5-1 defensivo dispuesto de salida por Víctor Garrido fructificó, robando balones y lanzando las contras, a lo que sumaba un ritmo frenético ritmo. Un tiempo muerto del técnico visitante con un 13-5 en el electrónico apenas surtió efecto. Solo la lógica relajación de los últimos minutos del primer tiempo evitó mayores diferencias.

Repitieron en el segundo tiempo la fuerte salida los de Garrido, que pasaron a mandar por rentas de hasta una máxima de 13 goles. Luego, con el partido resuelto, turno para las probaturas, dar minutos a todos los jugadores de banco y, de nuevo, la relajación que les hizo entrar en el ritmo más pausado que pretendía el Moaña.

El técnico grovense que dirige el Asmubal reconoce que "era un partido importante para sacudir los nervios de un estreno, máxime tras tres semanas sin haber jugado". Agrega que "ha sido un buen estreno, si acaso nos queda mentalizarnos para no pecar de entrar en el ritmo que nos propone el rival".

Femenino

La nota negativa se producía después en el sénior femenino de Primera Autonómica, por cuanto problemas con la condensación impidió que se acabara el partido con el Cañiza.

En esta ocasión la condensación no pudo evitarse por un problema de funcionamiento del sistema calefactor. La causa, una presunta fuga, de la que la presidenta del Asmubal, Silvia Lobato, ya diera parte al concello. A instancias del ayuntamiento la empresa responsable realizó una revisión para corregir el problema, pero dejaran cerradas unas llaves de paso del gas dispuestas en el techo que impedía que el domingo funcionara el sistema.