El Obradoiro jugaba su primer partido de pretemporada y el Obradoiro no quiso defraudar a su afición, desplazada en gran número a Vilagarcía. Enganchados a Brodziansky y Magee, los obradoiristas pronto cogieron una ventaja de ocho puntos (18-9), gracias a un parcial de 9-0. Intensos, con ritmo y velocidad, los compostelanos hacían daño, sobre todo con la aportación de Brodziansky en el juego exterior. Los de Moncho Fernández se gustaron en algunas jugadas de ataque, pero la entrada de todo un veterano como Albert Oliver para llevar las riendas del juego verdiblanco se notó, y poco a poco, fue igualando la contienda, sin dejar escapar a los santiagueses en el electrónico.

El segundo cuarto no se inició con buen pie para los santiagueses. El Betis apretó en acciones defensivas y muy pronto igualó el encuentro (29-29). La alegría mostrada en los primeros minutos por el Obradoiro se diluyó, y el juego coral del Real Betis se fue imponiendo sobre la cancha y en el marcador. Fernández trató de cortar la sangría con un tiempo muerto mientras el electrónico lucía 33-39. Las cosas no mejoraron. El equipo seguía espeso en ataque y muy flojo en defensa. Tan solo el regreso a la cancha de Brodziansky y Kravic detuvo un poco la sangría y permitió a los compostelanos llegar vivos al descanso.

Al regreso de vestuarios, el Obradoiro mejoró sus prestaciones de forma considerable, se aplicó en defensa y mejoró en ataque, aunque no fue suficiente para superar a los béticos. El equipo verdiblanco se agarró a la cualidad de KC Rivers y mantuvo la distancia de cinco puntos (70-75).

Con todo por decidir comenzó el último cuarto con el Obradoiro empeñado en reducir la ventaja con Calloway y Magee a la cabeza. Lograron igualar a 82 a falta de poco más de cinco minutos. Fue en ese momento cuando Fontecarmoa se dio cuenta de que el equipo compostelano necesitaba el último impulso para clasificarse para la final. El público comenzó a animar a los de Moncho Fernández para conseguir un torneo que se le ha resistido siempre. Parecía que era posible la remontada tras remar durante el último cuarto, pero apareció la figura de Tobías Berg y Sanahi que no solo durmieron el encuentro, sino que consiguieron una serie de puntos que dejaron al Obradoiro muy tocado en el último minuto, viendo como se escapaba la posibilidad de disputar la final en el día de hoy.