El fútbol fue ayer muy cruel con el Ribadumia que vio como, tras remontar un tanto en contra y ver como dos errores los volvían a poner por debajo en el marcador, fallaban el penalti decisivo en el último suspiro, un penalti que les garantizaba, al menos, un punto importantísimo para esa lucha que mantienen por evitar el descenso. El Polvorín comenzó mucho mejor su partido frente a un Ribadumia, que acabó con su técnico Luis Carro expulsado, mostró lagunas en la franja defensiva central, permitiendo que el Polvorín dominase y llegase en varias ocasiones al portal rival. Sin embargo, el Ribadumia pudo adelantarse primero en un disparo de Cerqueiras, que apareció en la frontal para beneficiarse de una indecisión de Cacharrón.

En una de las ocasiones los anfitriones, superada la media hora de partido, Cuadrado, que fue un quebradero de cabeza para la defensa del Ribadumia, recogió en su desmarque un pase vertical de Manu Núñez tras el que superó la salida de Roberto Pazos. El encuentro cambió tras el descanso. La entrada de Fran Fandiño fue un auténtico revulsivo.

En el minuto 59 de choque lo materializaron tras una progresión con doble regate del revulsivo Fran Fandiño, cuyo centro raso lo clavó Tomás en las mallas para establecer el 1-1. Fueron entonces malos momentos para el Polvorín que vio como su rival comenzó a manejar el choque contando ocasiones en las botas de Eloy, que disparó al lateral de la red, y de Tomás, en un libre directo atajado por el meta local. La igualada la desequilibró Cheri, que con un tiro cruzado aprovechó una mala cesión de cabeza de Pedro López a Cacharrón para poner el 1-2. Otros dos goles de Cuadrado acabarían devolvieron la ventaja a los lucenses antes del penalti.