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fútbol - Tercera División

El ilusionante descenso del "Tourmalet"

El Arosa encara las últimas nueve jornadas impulsado por la inercia de su escalada

Los vilagarcianos han recortado cinco puntos respecto a la cuarta plaza durante el teórico tramo más exigente del calendario. // I. Abella

La conocida como la ascensión al "Tourmalet" en el calendario de Tercera División ha confirmado al Arosa como un grandísimo escalador. Ni siquiera el pinchazo ante el Rácing de Ferrol en A Malata ha mancillado un extraordinario rendimiento. Coronado el puerto con un triunfo ante la UD Ourense, atrás han quedado demarrajes plenos de músculo como los protagonizados ante Compostela y Bergantiños.

La minutada que los de Rafa Sáez le han metido a sus rivales no solo le ha servido para pasar a liderar con creces la clasificación al mejor escalador, sino que le ha situado a solo cuatro puntos del podio de la Tercera División. Un lugar que no ocupa desde hace 26 temporadas y que no lleva el nombre de Campos Elíseos, pero sí el de play off de ascenso a Segunda División B.

Como buen aficionado al ciclismo, Rafa Sáez tiene claro que es en los descensos donde vienen las curvas más peligrosas y donde realmente se consolida lo que se ha hecho bien cuando tocó levantarse del sillín. De su buena trazada dependerá el seguir recortando distancia en la general a los rivales que le preceden, algunos de ellos todavía con rampas importantes por delante cuando los vilagarcianos ya empiezan a acomodarse sobre su fútbol para adquirir la posición más aerodinámica posible para seguir alimentando su ilusión.

El aliento de sus aficionado también ha jugado un papel fundamental. La escena mítica de un escalador empujado por los ánimos y vítores de su gente bien se puede equiparar a la que ayer le brindó la afición en A Lomba con la mejor entrada de la temporada. Más de 1.500 personas han transmitido un mensaje claro al equipo de la enorme importancia que juega también el arosismo en las famosas nueve curvas que todavía restan.

La primera maniobra que queda por delante será en Porriño. En uno de esos días en los que toca demostrar que no se va a echar por tierra nada de lo conseguido. Conservar la misma tensión que impulsó al equipo cuando el desnivel obligaba a trabajar en bloque, es el objetivo marcado de cara al nuevo rutómetro que espera hasta el 19 de mayo.

El director de equipo sabe que tiene a sus hombres con un renovado ánimo, pero al que conviene recordar que la meta todavía está muy lejos. Que el maillot arlequinado mantenga el ritmo adquirido se convierte ahora en un reto para nada sencillo.

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