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El reto de Ferrol

"El que una mujer esté en la presidencia del club -apunta Isabel Fernández- sí da en cierta medida más visibilidad a la entidad, porque no deja de ser noticiable que en el rugby, considerado socialmente como un deporte de hombres, sea una mujer quien asuma la presidencia de un club". "Incluso en las reuniones federativas -agrega-, que son más más bien un foro de hombres, llama la atención nuestra presencia, porque en el rugby en Galicia somos solo tres presidentas representando a clubes de A Coruña, Santiago y Vilagarcía. Ser mujer en una labor de dirección como ésta, tiene que ir normalizándose. Y en el rugby, que es de por sí un deporte varonil, ese respeto con la mujer se percibe tanto a nivel federativo como en el trato con los demás clubes".

Por su parte Silvia Lobato (Asmubal Meaño) reconoce que "el ser mujer ni aporta ni quita nada a nivel de gestión y federación, si acaso las administraciones empiezan a ser receptivas y alguna subvención que se concede, prima a mayores el número de licencias femeninas, al igual que la presencia de mujeres en directivas o en los equipos técnicos que dirigen los equipos". De hecho el Asmubal es hoy un equipo con predominio de la mujer con 99 fichas femeninas en competición y 70 en la modalidad masculina. Y, a mayores, el equipo sénior femenino, que milita en Primera Autonómica, está dirigida esta temporada por la joven viguesa Cynthia Bello, después de que fuera Nieves Gamallo la única mujer que entrara a un equipo sénior -entonces masculino- en los años 90.

Sus llegadas a las presidencias siguen un camino similar, ligadas a la vinculación de sus hijos a competir en los equipos desde la base. "Hace tiempo -explica Isabel Fernández- me vinculé al club cuando vine de Santiago para instalarme en Vilagarcía, y luego mis dos hijos empezaron a jugar de pequeños al rugby en Os Ingleses, aunque ahora, con 19 y 18 años, lo dejaron un tiempo por temas de estudios. Yo formaba parte de la última directiva de Fito Brea y cuando él lo dejó después de 14 años, entre todos me animaron y me convencieron para presentarme a la presidencia. En estos tres años en el cargo he venido recibiendo el cariño de toda la gente, jugadores, familias, aficionados? que todos me dicen afectivamente 'la presi', me alientan constantemente, y todo eso se agradece". Junto a ella, tres mujeres más que integran una junta directiva de diez personas volcadas con este deporte, y que regentan un club de 30 años que cuenta actualmente con un centenar de fichas federativas.

El desembarco de Silvia Lobato en Asmubal estuvo vinculado también al idilio de sus hijos con el balonmano enrolados en equipos de la base. "Fue en 2012 cuando el club quedó al borde de la desaparición, con un agujero económico y solo 32 fichas. Fue entonces cuando un equipo de padres, con uno de ellos, José Manuel Aspérez como presidente, asumió las riendas de la entidad. Desde entonces yo venía ejerciendo como tesorera y delegada de equipos y fuimos saneando la entidad. Luego fue presidente uno de los jugadores sénior, José Veloso, y el pasado mes de septiembre lo hice yo con una junta integrada por once personas, de ellas una mujer también en la vicepresidencia que es Teresa Montes y tres más como vocales. En esta década hicimos crecer el balonmano en Meaño.Hoy, entre jugadores y técnicos contamos con un total de 180 personas.

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