La derrota en Cangas ha dejado muy tocado al Arosa. Lejos queda aquel extraordinario balance inicial que les llevó a sumar 18 de los primeros 21 puntos disputados en la liga. Lo preocupantemente significativo es que de los 48 puntos disputados a continuación hasta la fecha solo han podido sumar 12 más.

Que los de Rafa Sáez están obligados a replantearse su hoja de ruta clasificatoria parece una evidencia. A 13 puntos de la cuarta posición ni siquiera la lógica matemática alivia una realidad que presenta síntomas inequívocos de la falta de solidez colectiva de los arlequinados. Uno de ellos es que el Arosa es, clasificatoriamente, el peor equipo de la competición en los cuatro partidos que se han disputado de la segunda vuelta con la única excepción de un Paiosaco que aún no ha sumado.

Un solo punto en doce partidos es el bagaje que manejan los de A Lomba. Y es que el empate ante el Ourense en A Lomba ha venido seguido de tres derrotas consecutivas culminadas hace escasas horas en O Morrazo.Todo ello ha supuesto que ahora mismo el polo sur clasificatorio quede mucho más próximo que el polo norte pues solo son nueve los puntos respecto a la franja que delimita la permanencia.

En medio de esa deriva destacan también otras cuestiones que descubren algunas de las más evidentes debilidades de los vilagarcianos. Una de ellas es la que indica que el Arosa ha tenido que empezar con el marcador en contra en más de la mitad de los partidos disputados hasta la fecha. Hasta en doce de los 24 encuentros ha tenido que ver como era su rival el que se adelantaba.

Pero todavía hay más indicios esclarecedores en el comportamiento competitivo de los vilagarcianos. Sin ir más lejos en seis de los doce partidos en los que se ha visto por detrás en el marcador, ese primer gol llegó dentro del primer cuarto de hora de juego, circunstancia que está condicionando sobradamente sus resultados.

Relacionado con esta cuestión está el hecho de que los de Rafa Sáez solo han podido ganar en uno de esos doce partidos en los que se han visto de inicio en desventaja. Sucedió en el debut del curso A Lomba y ante el Polvorín cuando tras encajar el 0-1 a los cinco minutos, se pudo revertir la situación hasta el 2-1 definitivo. Pero desgraciadamente eso ya no se volvería a repetir en las once situaciones similares que se vivirían a continuación. Tres empates y ocho derrotas completan la serie de circunstancias avenidas después de empezar perdiendo.

Las dudas en materia defensiva se han agudizado en las últimas jornadas. Sin ir más lejos, en nueve de los últimos once partidos el Arosa ha visto como era su rival el que primero veía portería. En los tres encuentros que no se produjo esta circunstancia, el balance fue de dis victorias y un empate.

La fragilidad competitiva de los vilagarcianos tampoco entiende de escenarios. Un dato al respecto es que ya suma el Arosa más de dos meses sin ganar en A Lomba. Concretamente su última alegría delante de los suyos hay que situarla en el 2 de diciembre cuando superó al Arenteiro. Desde entonces, cuatro comparecencias como local y dos empates y dos derrotas como balance. Sin olvidar que en 2019 todavía no se ha podido ganar.