La agresión sufrida por Aarón Moledo, árbitro del encuentro de juveniles Arosa B- Céltiga, ha vuelto a unir a los colegiados contra la violencia de la que son objeto en el fútbol. Así lo reconoce el vicepresidente del Colegio de Árbitros de Galicia, el lucense José Luis Corral, que ayer mostraba su solidaridad con el joven vilagarciano, con el que esperaba hablar para animarle.

Corral aseguraba ayer que "he estado en contacto con nuestro delegado en Pontevedra y parece que el daño físico no es importante, pero lo que nos preocupa, sobre todo, es el daño moral que sufrimos cuando somos víctimas de una situación así; en estos momentos, lo que más necesitas es la ayuda de los compañeros, por eso estamos muy unidos". El árbitro agredido durante el encuentro de juveniles de Liga Gallega actuó como "debe hacerse, acudiendo a un centro sanitario y presentar denuncia con el parte de lesiones; hay que reconocer que cada vez es más raro que ocurra una situación de este tipo, pero debemos continuar concienciando y tratando de sacar a los violentos de los campos de fútbol".

Corral fue colegiado durante 22 años y sabe de lo que habla ya que, si bien no llegó a sufrir un incidente con agresión físico, sí tuvo que salir escoltado de algún campo por la Guardia Civil. "Son situaciones en las que lo pasas muy mal, porque te encuentras muy solo en ese momento, por eso los compañeros debemos apoyarnos y debemos sacar la fortaleza suficiente para olvidarlas cuanto antes", explica.

No en vano, el vicepresidente de los árbitros considera que "muchas veces se es injusto con los colegiados, mientras un jugador puede fallar un gol y recibe el cariño del público, los árbitros también somos humanos pero no se nos perdona nada, e incluso, los propios clubes justifican sus malos resultados con nosotros".

El exárbitro apunta que este tipo de situaciones les acaban perjudicando a la hora de captar nuevos colegiados, por eso "en las campañas de captación les explicamos que esto son pequeños lunares que ocurren el fútbol, cada vez menos, ya que el público acostumbra a ser muy correcto en la mayor parte de los encuentros".

La identificación del agresor está resultando más complicada de lo esperado debido a un error del colegiado en el acta. Este habría identificado a un jugador que se subió al vehículo del presunto agresor, pero con el que no existe ningún vínculo familiar.

Ese joven es vecino de A Illa, mientras que el agresor sería un vecino de Vilagarcía y padre de otro de los jóvenes del equipo juvenil de A Illa. Este error en la identificación ha llevado al Céltiga a aplazar su reunión de los lunes a la espera de que hoy se clarifique lo ocurrido. "Esto es una situación muy grave, y vamos a tomar cartas en el asunto, pero creemos que no se debe manchar de esta forma el nombre del club y de A Illa como se está haciendo", explicaban ayer desde la entidad.

El club no duda en mostrar su rechazo a la agresión ocurrida aunque también carga las tintas contra el comité de árbitraje por la forma en la que se designan los colegiados para los encuentros. En este caso, desde la entidad se destaca que el árbitro del Arosa B-Céltiga del pasado sábado "tiene pasado en el Arosa y eso muchos padres lo saben y se desatan las suspicacias y las protestas". En el club consideran que existen árbitros suficientes en la comarca de O Salnés como para "designar a un exjugador de uno de los dos equipos implicados, que fue lo que hizo el comité de árbitros". Álex Zels, directivo del club solicita al árbitro que modifique su denuncia para "castigar al padre y al jugador conforme al régimen interno del club".

Desde el comité provincial de árbitros no tenían ayer conocimiento de este supuesto error que, consideran, será subsanado por las autoridades en el ámbito de la investigación que se ha abierto tras la denuncia presentada por el árbitro agredido. También reseñaban que desde el Céltiga tampoco se habían puesto en contacto con los árbitros "ni para pedir disculpas ni para preguntar como se encuentra el compañero".