El fútbol se gana en las áreas, y ayer el Bergantiños demostró los motivos por los que lidera la clasificación de Tercera División. Ante el Arosa supo aprovechar sus oportunidades y armó un entramado defensivo que el Arosa nunca dio impresión de ser capaz de superar en condiciones. Los arlequinados se estrellaron una y otra vez contra el muro que diseñó Miguel Filgueira, un muro que resistió, incluso, cuando el equipo de Carballo se quedó con uno menos sobre el terreno de juego.

La primera parte arrancó con un Arosa sin complejos, ofreciendo la versión de los partidos anteriores en casa, donde en los primeros minutos ofreció un recital de intensidad, ritmo y verticalidad. Pero delante estaba uno de los mejores equipos de la categoría en todos los aspectos, que no se dejó impresionar por esta puesta en escena arlequinada y que, muy pronto, conseguiría poner el encuentro de cara. Avisó primero Cano que, en el área, se fue de todos los rivales que le salieron al paso para disparar un tanto escorado y obligar a Manu Táboas y a Pablo González a desviar el balón, este último con la mano, aunque el árbitro interpretó que fue involuntaria.

Fue el preludio del gol, que llegaría en el minuto 9 en un centro medido de Aarón desde la banda izquierda en el que Manu Táboas falló en la salida, permitiendo a Rubén Rivera cabecear sin oposición al fondo de la red. El tanto afectó a los arlequinados que, en lugar de mantener su apuesta por el toque, recurrieron en demasía al juego directo en busca de Sylla permitiendo al rival asentarse con comodidad en el terreno de juego. Las únicas opciones de peligro llegaban por la banda derecha, con las cabalgadas de Pacheco hasta la línea de fondo, pero sus centros no encontraban rematador. Las únicas opciones de peligro del Arosa llegaban cuando eran capaces de hilvanar una jugada los hombres de más talento, algo que consiguieron al filo de la media hora, pero Sylla fue derribado por Caridad cuando se plantaba sólo ante Cristopher.

Los últimos minutos, el Arosa se hizo con el dominio total del encuentro, encerrando al Bergantiños en su área y obligándole a achicar balones, una situación en la que brilló el exarlequinado Marcos Rodríguez. El primer tiempo finalizaba con ocasión para los visitantes, que consiguieron salir de su campo, con un disparo de Baleato que atrapó Manu Táboas.

La segunda parte arrancó con una ocasión visitante, en un saque de falta que se paseó por el área sin encontrar rematador. El balón se fue a saque de esquina que acabó siendo rematado al fondo de las mallas por el más bajo del Bergantiños, Borja Facal ante la pasividad defensiva arlequinada.

Tan sólo dos minutos después una genialidad de Cañi estuvo a punto de causar el tercero, lo evitó un defensa cuando el balón ya había superado a Manu Táboas. El tanto permitió al Bergantiños recogerse en su campo y buscar descaradamente el contragolpe mientras cedía el balón a los locales. Una y otra vez, el Arosa lo intentaba pero siempre aparecía una pierna visitante para rechazar el disparo o cortar la jugada.

Rafa Sáez movió el banquillo para dar frescura tanto en el centro del campo como en el ataque, dando entrada a Mou y Mauri. Las cosas no funcionaron, ya que el Arosa seguía mostrándose igual de impotente en ataque, hasta que en el minuto 67 llegaría la expulsión de Caridad, que veía su segunda amarilla por derribar a Sylla cuando enfilaba sólo hacía la portería de Cristopher. El saque de falta de Cristóbal obligó a Cristopher a lucirse con una palomita para evitar el tanto local. Quedaban 20 minutos por delante y el Arosa se lanzó a tumba abierta a por la portería contraria, pero se encontró con un Bergantiños bien atrincherado que rechazaba todos los balones y apenas dejaba espacios al rival.

El Arosa buscó en la profundidad de Torrado por banda izquierda una fisura en la tupida defensa visitante. La encontró en el 70, cuando un centro del lateral fue rematado en el área pequeña por Luis García, pero Cristopher sacó una mano salvadora para evitar el tanto. En el tramo final, el árbitro acabaría perdonando un penalti al Bergantiños en una patada sin balón a Sylla dentro del área. En el descuento Manu Táboas evitaría el tercer tanto en una salida a los pies de Rubén Rivera, que se aprovechó de un fallo estrepitoso de la defensa en el despeje.