El Unión Dena sufrió para imponerse al colista Nigrán. Lo hizo merced a un gol de Portela cuando el partido agonizaba y después de ver como el Nigrán le empataba un choque que los meañeses habían podido sentenciar antes.

Salió el Dena más decidido que el rival, y en el minuto 8 un balón servido al área desde la banda derecha por Oubiña lo aprovechó Rubén, que se adelantó a portero y defensa, para enviar a la red. Perdonó Carlos en el 12 cuando encaró portería en una asistencia de Oubiña pero su remate se fue por poco. Más no lo hizo el Nigrán en la acción siguiente en que un bullicioso Boch aprovechó un balón suelto en el área para empujar con su derecha y subir el empate.

En el 38 de nuevo una penetración de un incombustible Carlos por banda derecha acabó con asistencia a Táboas. El remate de éste lo desvía en primera instancia por Badía pero el rechace le cae a Rubén que subió el 2-1, resultando con el que se llegó al descanso y la sensación de un Dena superior.

En la segunda parte los de Isidro Barbeito buscaron la sentencia. La perdonaron hasta en tres ocasiones: primero Táboas con dos disparos, uno dentro del área en el 60 que repele Badía con una gran parada, y otro lejano y bombeado que coge al portero adelantado y que se va lamiendo el travesaño; y después Roberto en 66 quien no acierta a definir en el área una contra franca.

Perdonó y lo volvió a pagar ante un Nigrán que no había llegado en toda la segunda parte. Y lo hizo a balón parado, en una falta al borde del área que transformó de forma magistral Vila por encima de la barrera. A partir de ahí el partido se rompió con un Dena que apeló a buscar el gol con más corazón que cabeza. Y encontró justo premio en el 89 en un balón que Oki sirve raso al área y que llega en el segundo palo a las botas de Portela que empaló a la red. El triunfo aviva la llama de un Dena que, dados los resultados de sus rivales, se carga de razones aferrarse aún a la categoría.