Mbappé pone fin al sueño de la Real

El doblete del astro francés concretó el dominio del PSG de Luis Enrique

Mbappé anota el segundo 
gol. // Álvaro Barrientos

Mbappé anota el segundo gol. // Álvaro Barrientos / Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Es la Liga francesa un terreno propicio para que el PSG y Luis Enrique se cobren cuentas con Kylian Mbappé, antes de su más que probable desembarco en el Real Madrid. Al fin y cabo, el campeonato local es el patio de recreo del proyecto qatarí, lo suficientemente asequible por su músculo económico para prescindir del delantero francés. Pero, ay, la Champions: tan anhelada, tan codiciada, tan incomparable... La Champions no es terreno para las concesiones, ni en una eliminatoria encarrilada como la que afrontaba el PSG frente a la Real Sociedad. En Anoeta sí jugó Mbappé, capitán con brazalete, de principio a fin. Y no solo jugó, sino que abrumó para llevar a su equipo en carroza a los cuartos de final de la Champions (1-2 este martes, 4-1 en la eliminatoria)

La Copa de Europa es el sentido de la existencia del PSG de Al-Khelaïfi, el anhelo de grandeza de Mbappé, la gran misión de Luis Enrique para volver a consolidarse en el olimpo de los entrenadores mundiales. Y cuando se juntan tres deseos tan poderosos, todo lo demás no importa, no hay rencillas ni mensajes que mandar. Todos los mencionados se aliarían con el mismísimo diablo para levantar el trofeo el 1 de junio. Y en ello están, hoy un escalón más cerca que ayer.

Por el camino queda la Real Sociedad, segundo equipo español eliminado tras el fiasco del Sevilla en la fase de grupos. No hay margen para el reproche hacia los donostiarras, sobresalientes en la liguilla y derrotados con la cabeza alta contra uno de los equipos más poderosos del mundo. Nadó con denuedo hasta el último instante, aun consciente de que la orilla iba a ser inalcanzable, y eso le honra. Todo había quedado perdido en la ida en París (2-0), tras una primera parte igualada. Y, por si quedaba una esperanza, Mbappé se encargó pronto de hacerla arder, sin otro margen para los locales que una actuación digna que Merino culminó con el gol donostiarra ya al borde del final.