Fiesta por todo lo alto, ayer en el Baltasar Pujales, en el derbi de la Ría entre el Rápido de Bouzas y el Alondras. La puesta en marcha de la grada de animación infantil, que la directiva estrenaba ayer, hizo que el feudo aurinegro registrase, de largo, la mejor entrada de la temporada, con un lleno que muy pocos recordaban.

Además, el duelo entre el Rápido y el Alondras no defraudó. Los dos equipos le imprimieron al partido un alto nivel. Comenzó fuerte el Alondras, pero el Rápido consiguió equilibrar el juego, inclinando la balanza de su lado a medida que pasaban los minutos. Álex Rey dispuso de la mejor ocasión de los primeros cuarenta y cinco minutos, con un potente disparo que obligó a Diego Rodríguez a lucirse, enviando el balón a córner. A la salida, Cellerino volvió a disponer de una buena ocasión para acabar con la igualada inicial.

La segunda parte comenzó con un penalti de Brais sobre Mauro, que no falló Rosillo, con lo que el Rápido tuvo que remar contra corriente. La situación hizo que los vigueses tuvieran más el esférico, y que el Alondras buscara una contra para sentenciar el partido. El Rápido intentaba exprimir su juego por banda izquierda, pero el Alondras no dejaba huecos y los nervios comenzaban a bloquear a los jugadores de Chema Rico, que se precipitaban en sus acciones.

El Alondras tardó en avisar, pero cuando lo hizo fue claro. En el minuto 73, Raúl dispuso de una gran ocasión que despejó Brais, y seis minutos más tarde, Hugo Sanmartín, que acababa de entrar, roba un balón en campo de ataque y se planta solo ante Brais, marcaron el segundo tanto y sentenciando un partido intenso que cortó la buena racha viguesa.