Era un riesgo calculado, pero salió bien y el plan de Luis Enrique mete a España en la Final Four de la Nations League. Fiel a su sello de selección de autor y con mucho suspense, en el que Unai Simón fue decisivo sujetando al equipo y con Nico Williams encendiendo el partido y asistiendo a Morata en el gol que hizo buena la pizarra del seleccionador.

Es complicado descifrar un once de Luis Enrique. No tiene jugadores con jerarquía a los que se aferre en los partidos a vida o muerte. Y eso es tan respetable como discutible. Para este partido cambió la defensa, todo el mediocampo y a su delantero respecto al equipo que cayó en Zaragoza ante Suiza. Mandando a la grada, para algunos señalados y para otros protegidos, a Eric García y a Azpilicueta.

Sea como fuere, alineó una medular casi inédita con Carlos Soler sumando llegada con Rodri mordiendo y Koke de ancla. Arriba dejó a Asensio como revulsivo en el banquillo con Sarabia generando juego junto a un intrascendente Ferran Torres y a Morata de estilete. Para muchos un equipo elaborado pensando más en el Mundial que en la Nations League. A lo que se sumaba una irreconocible camiseta celeste.

Un polvorón de inicio

Portugal, como digno equipo de Fernando Santos que es, se atrincheró y jugó a salir con velocidad tras robo. Lo que dibujó un inicio con la pelota en los pies de España, especialmente en los de los centrales Pau y un sorprendente Guillamón que no juega en esa posición ni en su club. Los lusos esperaban agazapados el momento de la emboscada con Cristiano liberado en defensa. España no arriesgaba y Portugal no se destapaba. El partido, con 81% de posesión española, era pastoso como un polvorón, con un disparo lejano de Neves como lo único destacado.

En el 32 Bruno Fernandes robó la cartera a Rodri y puso a correr a Diogo Jota, quien obligó a Unai Simón a salvar el gol. Si había un plan, no podía ser ese porque a los 37 el propio Bruno rozó el gol con un disparo con la izquierda que besó las redes por fuera. Al descanso, Portugal coqueteaba con el gol, mientras España no había tirado a puerta, y así se antoja complicado ganar a nadie. A lo que se sumaba que el mejor jugador era el portero. A ganar por aburrimiento, sin espíritu.

Si sorprendente fue el once, más lo fue la sustitución que ordenó Luis Enrique para reorganizar el juego. Metió a Busquets al mediocampo y tiró atrás a Rodri de central, puesto en el que nunca ha jugado. Cambio de autor difícil de explicar y más aún de entender. En esas Unai Simón volvía a salvar al equipo en otro error atrás, pero el seleccionador ni se inmutaba fiándolo todo a acertar la oportunidad que le cayese arriba. Si le caía alguna... Parecía que el empate le valía a España y era Portugal quien necesitaba la victoria.

Partido de media hora

Y a la hora de encuentro el asturiano descubrió sus cartas. Había llevado el partido igualado hasta entonces para subir el ritmo la última media con Pedri, Gavi y Yeremi. Comenzó el mediocampo a moverse sin balón y aumentaron las revoluciones. Sin embargo, no llegaban las ocasiones y el tiempo corría en contra de España. Dos saques de esquina, llegadas al área contraria, laterales sumando en ataque, pases superando líneas... España, ahora sí, se iba a por el partido. Carvajal sacaba milagrosamente bajo palos un remate que iba a la red y los lusos comenzaban a lamentarse por desperdiciar sus ocasiones. Quien perdona... A los 70 minutos Morata realizó el primer disparo a puerta y segundos después perdonaba Cristiano, con una intervención decisiva de Gayá. Pasaban cosas.

Se jugaba un partido diferente de media hora. Nico Williams y Yeremi daban velocidad arriba y Morata se animaba descolgándose a por un balón que terminaba con un zapatazo que Diogo Costa se sacaba de encima. En el cruce de golpes podía pasar de todo, pero España parecía tener más piernas y más fútbol. El problema es que había regalado una hora.

Y el plan se hizo perfecto con un gran pase de Carvajal cabeceado al centro por Nico Williams que Morata la remachó a la red. Luis Enrique acertaba con la partida de ajedrez propuesta en Braga. España ganaba exprimiendo la pizarra y estará en la Final Four de los Países Bajos con Lucho en el banquillo. Croacia, Países Bajos e Italia esperan en junio.