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Perica para toda la eternidad

- Lombi anuncia su retirada definitiva tras lesionarse nuevamente la rodilla - La guardesa seguirá vinculada al Espanyol

Perica para toda la eternidad

El segundo adiós duele más que el primero. Anair Lomba, Lombi sobre el césped y en la vida, anunció su retirada por vez primera en julio de 2019 a través de su cuenta en Twitter, desde la sequedad de esos contados caracteres. Lo hacía por ese ligamento cruzado que es su calvario, pero sobre todo por la tristeza de no vestir la camiseta del Espanyol. El club barcelonés, amor tardío pero apasionado, la reclamó en su desesperada lucha por la permanencia y ella apretó los dientes. No pudo salvarlo ni ha podido completar el regreso a Primera. La rodilla izquierda ha gritado que basta. Lombi se retira y sabe que esta vez es la definitiva. Lo confirmó ayer entre lágrimas.

El Auditorio Juan Segura Palomares, en el RCDE Stadium, se ha llenado para la ocasión con compañeras de vestuario, amigos y familiares además de periodistas. Lombi viste de blanquiazul. Perica igual por dentro que por fuera. “He logrado tantas veces evitar este momento que llegué a pensar que al final lo conseguiría, pero en mi batalla permanente contra mi rodilla ha vuelto a ganar ella”, asume a sus 32 años. En un entrenamiento reciente su cartílago estalló, igual que el escaso menisco que le quedaba.

La carrera de Lombi está marcada por las lesiones. Estrella del Unión Guardesa y en aquel Olivo que logró subir a la máxima categoría, la delantera brilló en Espanyol y Valencia cuando su cuerpo se lo permitió. Desde esa primera etapa como blanquiazul (2014-2017) ya nunca ocultó su filiación, pese a haber probado de niña en la cantera del Barça. Una devoción que en su retorno la ha hecho jugar siempre con dolor, medicada para soportarlo. “Últimamente no era capaz de caminar el día después de los partidos”, confesaba ayer. “Esto me hacía pensar que el final estaba cerca pero no podía imaginar que sería así; no podía imaginar que no sería en el campo con mis compañeras, luchando por un ascenso que me obsesiona desde hace medio año”.

Deja al Espanyol tercero del grupo norte de Segunda, a cinco puntos del Deportivo, que ocupa la única plaza de ascenso. Con una amargura que consignó en esa relación epistolar que mantiene con la afición perica. Una carta de amor al club provocó la reacción social que impulsó su vuelta en marzo de 2021 y én una carta abierta expresó su desazón por el descenso: “Le hemos fallado al escudo. No me lo perdonaré en la vida”, escribía entonces. Ayer reconocía: “Me tengo que ir con una herida abierta que me ha robado lágrimas y horas de sueño como nadie se puede imaginar. Le tengo que pedir a mis compañeras que me ayuden a cerrarla”.

No se descose todo el acto en tristezas o reproches hacia sí misma. Sobre esas penas coyunturales impera una alegría inmarcesible. “Es verdad que no se acaba ni cuándo ni cómo me gustaría, pero sí dónde y yo sabía que se tenía que acabar”, resume. “Hace ocho años me enamoré del Espanyol como nunca lo había hecho y nunca lo había entendido. Mi único mérito ha sido ser una perica más”.

Sus padres y su hermano, que la secundaron en el sueño de ser futbolista profesional, y la familia Arrabal, que la prohijó en la segunda mudanza a Cataluña y le inculcó la fe espanyolista, encabezan su larga lista de agradecimientos. “Les quiero y les debo todo lo que tengo”. También su pareja “por entender que tenía que sacrificar tiempo juntas para disfrutar del balón. Tu sonrisa me ha dado fuerza cuando ya no me quedaba. Nos espera el partido que más valdrá la pena”.

Lombi se va pero no. Lo revela la coordinadora del fútbol femenino del Espanyol, Raquel Cabezón. “Esta es tu casa. Vamos a estar todos contigo. Sus valores y tu forma de ser han conectado a la perfección con lo que es el Espanyol y su masa social. Sabemos que esto es un punto y seguido en tu relación con el club”. Cabezón abunda en esa relación, todavía por detallar: “Anair seguirá con nosotros, dentro de la estructura del femenino. Queremos seguir creciendo. Anair nos dará un salto de calidad en lo deportivo y lo extradeportivo. Conoce a la perfección el fútbol femenino y todo lo que lo rodea”. Se tratará, en todo caso, de desempeñar una “función cerca del equipo” y la guardesa secunda: “Ahora mismo solo quiero estar cerca de mis compañeras, no sé dónde ni cómo, pero es lo que me llena”.

Conminada a elegir sus mejores momentos, Lombi destaca “un primer año muy bonito. Y la vuelta. Me demostraron que me querían muchísimo. Eso vale más que cualquier título”. Una emoción que como una de las capitanas ha intentado transmitir a las jóvenes hasta el último día: “Es muy bonito estar en el Espanyol y más bonito todavía sentirlo”.

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