El Barça no tiene nivel para estar entre los 16 mejores de Europa, y por si no hubiera quedado claro en los cinco partidos anteriores, el Bayern se encargó de hacérselo ver a todo el mundo. El campeón alemán le echó de la aristocracia, enviando a los azulgranas a la segunda división europea. Veinte años después (desde el 2001), el Barça volvió a quedarse fuera de las eliminatorias, certificando su espantosa regresión futbolística.

El invierno azulgrana se hizo más frío y deprimente bajo la copiosa nieve de Múnich. De nada sirvió la vela que Joan Laporta encendió en la catedral de la capital bávara antes del encuentro, recurso desesperado del desventurado. Los milagros de la fe, con este Barça por en medio, no existen. No importa lo bien o mal que se compitió en la noche en que se jugaba el pellejo europeo. El club se adentra con todo el cuerpo en un agujero oscuro.

Eliminado de la Champions en la fase de grupos por un Bayern inmisericorde y brutal, ahora le toca al club readaptar un presupuesto diseñado con un criterio más optimista que científico. El Barça tenía consignados 20,2 millones de euros directos de la UEFA por alcanzar los cuartos de final. Ni octavos.

A la decepción deportiva cabe agregar un guantazo financiero y un revolcón reputacional. Europa hablará hoy del declive barcelonista, una pendiente pronunciada que empezó en 2015, tras la Champions de Berlín que salvó la presidencia de Bartomeu. Para Laporta supone un deja vu: en 2003, su primer año de mandato, se encontró al equipo disputando la Copa de la UEFA. Días que parecían que no volverían, y aquí están, en tiempos de ensoñación de Superliga.

El roto de 20,2 millones se agrandará con aquello que se dejará de ingresar por cada partido europeo en el Camp Nou, es decir, euros desvanecidos de la venta de entradas, camisetas o en restauración. Bartomeu estimó una vez que cada día de Champions reportaba a las arcas del club unos 6 millones de euros. A quien le parezca poca cosa, que tenga en cuenta que la semana próxima el equipo, en medio de la Liga, se desplazará a Arabia Saudí a disputar un amistoso a cambio de 3 millones de euros. Solo avanzando mucho en la Europa League, cuyo título reportaría 14,9 millones, podría taparse algo el socavón.

No acabará ahí la sangría. El Barça bajará posiciones en el ranking del llamado Market Pool, que dictamina por méritos las cantidades que reparte la UEFA a cada club. Menos ingresos, pues, de cara al curso próximo. Y a partir de ahí conviene analizar el impacto que esta eliminación y el desgaste reputacional tendrá en la negociación de patrocinios. Ahora mismo la directiva busca un nuevo espónsor que reemplace a Rakuten del frontal de la camiseta y otro para el apellido del Camp Nou.