De un tiempo a esta parte todo, absolutamente todo, lo que rodea a Marc Márquez (Honda) es un auténtico misterio. Desde que, el pasado año, se fracturase el húmero del brazo derecho todo, absolutamente todo, ha sido secreto. No solo las tres intervenciones quirúrgicas que sufrió en su brazo, no solo la fecha de su regreso, no solo su recuperación, todo lo que giraba alrededor del mejor piloto del Mundial de motociclismo era un misterio. Y su última lesión, seria, grave, no ha podido ser menos.

Márquez, que se ausentó, contaron, del Gran Premio del Algarve, disputado en Portimao, por una caída en unos entrenamientos de cross el sábado anterior ha terminado sufriendo, de nuevo, un nuevo episodio de diplopía (visión doble), con una parálisis del cuarto nervio derecho, igual que le sucedió, a finales del Mundial-2011, cuando sufrió una caída en Sepang (Malasia) cuando estaba a punto de conquistar el título de Moto2. MM93 tuvo que estar parado varios meses y, en su regreso, en el 2012, ganó su segundo cetro. Y, luego, arrasó, en el 2013, en su debut en MotoGP, rompiendo todos los récords de precocidad.

El problema ahora en triple o cuádruple, tal vez de ahí el misterio con el que el equipo Repsol Honda ha vuelto a mantener sobre este último accidente. Márquez, que vuelve a estar en manos del doctor Sánchez Dalmau, una auténtica eminencia del Clinic, de Barcelona, fue operado de ese nervio ocular varios meses después de sufrir el accidente de 2011 y se recuperó bien. Sánchez Dalmau, que, a partir de aquel momento, fue invitado por Márquez a asistir a cuantos grandes premios quisiera durante el año (el doctor siempre ha ido, como poco, a uno), no ha decidido todavía cuándo y si intervendrá al piloto de Cervera (Lleída), por lo que, al parecer, se han concedido un tiempo de espera para ver si se cura solo.

Cuando comentamos que el problema es serio, no es solo, evidentemente, por la lesión que se ha producido, por el golpe moral que supone para Márquez, que insiste en que “si una cosa he aprendido en la vida es que hay que afrontar las adversidades con positividad”, sino también por el hecho de que esta nueva lesión frena, de golpe, una mejora que era evidente pues, hasta su caída en ese entrenamiento de cross, Márquez había vuelto a convertirse en un piloto ganador, tanto que había enlazado dos victorias seguidas en EEUU y Misano, en el Gran Premio de la Emilia Romagna.

Sin cierre ni ensayos

Otro problema añadido a este nuevo percance es que Marc Márquez no solo no podrá cerrar el año de reaparición, esta misma semana, en Valencia, sino que no podrá ayudar a Honda a probar la moto del 2022 en los ensayos de final de mes en Jerez, lo que sí supone un percance grave para los ingenieros de la firma, ya que Márquez es quien dirige siempre la evolución de la nueva moto, que, ahora, recaerá en Pol Espargaró, Álex Márquez y el japonés Takaaki Nakagami.