Inglaterra ya ve la luz al final del túnel con el arranque este viernes de la Premier League. Tras una temporada entrando y saliendo de cuarentenas y ‘lockdowns’, los británicos podrán volver a hacerlo de nuevo en estadios de fútbol para seguir su liga, que al fin y al cabo es gran parte de lo que muchos piden a sus semanas.

La Premier llega consolidada como el campeonato más poderoso del mundo, ajeno a recortes y topes salariales. En el mercado de fichajes de la pandemia, el campeonato inglés gastará más de 1.000 millones de euros en nuevas incorporaciones. La Serie A, segunda en este ránking, lleva hoy 400 kilos. La Liga, en quinta posición, 134.

En lo que va de ventana de traspasos el Aston Villa, 11ª en la tabla el curso pasado, ha invertido 112 millones en llegadas. Sin despeinarse, y antes de aceptar la venta de Jack Grealish.

Esto es la Premier League. Uno de los mayores monumentos del país. Según datos del gobierno, en 2019 Inglaterra recaudó gracias a sus museos, edificios y atracciones turísticas, 758 millones de euros. Lejos ya de lo que suponen los fichajes de su fútbol. Quizás por esto Boris Johnson ha querido asegurar el negocio: no habrá restricciones de aforo en estadios, aunque los planes del gobierno prevén que, con un repunte de positivos por Covid-19, tocará exigir certificados de vacunación.

Los dos nombres previamente mencionados, Jack Grealish y Romelu Lukaku, han sido sin duda los protagonistas del mercado. Convertidos en los dos fichajes más caros de la historia de la Premier, 117 y 115 millones gastados por Manchester City y Chelsea respectivamente, simbolizan como los dos equipos más exitosos de la pasada temporada en Europa siguen evolucionando.