El público se levantaba de la hierba y chillaba. Otros se giraban para no mirar hacia abajo, a la carretera, a la llegada, al asfalto donde estaban caídos Caleb Ewan y Peter Sagan, cuál de los dos más loco y más inconsciente. Llegaban a la meta bretona de Pontivy, un pequeña ciudad que nunca había acogido a tanta gente; los ciclistas todos cortados, muchos maillots rotos, sangre y morados por todas partes. ¡Qué caos! ¡Qué locura! Y que peligroso es el Tour. Unos por poner un recorrido con tanto riesgo y otros por olvidarse que siguen llevando dos frenos en la bicicleta.

Pontivy esperaba seguramente un desenlace diferente de la tercera etapa. Más bien encontrarse con una fiesta a celebrar junto a los centenares de visitantes,con los caravanistas que nunca fallan, los cicloturistas y los curiosos. Amenazaba tormenta pero solo les llovió a los ciclistas durante los primeros kilómetros.. Primer susto. Geraint Thomas se cae con Robert Gesink. El neerlandes, afincado en El Tarter, deja la prueba y el vencedor del Tour 2018 se disloca el hombro que los médicos de carrera le colocan bien entre muecas de dolor.

En estos instantes, la gente en la meta hacía cola frente a los chiringuitos móviles que vendían galettes bretonas con salchichas y mostaza. Los empleados del Tour pedían tests negativos de covid o pasaportes de vacunación para dejar colocar a los espectadores junto a las vallas, allí donde se engancharon las bicis de Ewan y Sagan en la victoria de Tim Merlier, compañero de Mathieu van der Poel, líder del Tour.

Y, en la ruta, continuaban las caídas: carreteras demasiado estrechas para rodar 180 corredores a más de 40 por hora. Una barbaridad, porque al mínimo contacto no había salvación para evitar la caída. A 10 kilómetros de meta llegó el accidente de Primoz Roglic. ¡Al prado! Magulladuras en medio cuerpo para uno de los grandes candidatos a la victoria. Lo suyo ya fue una persecución a meta junto a Superman López y buena parte del séquito del Movistar. 1.21 minutos después de la disputa del accidentado esprint, el público volvía a poner en acción las cámaras de los móviles para tratar de fotografiar al ciclista esloveno. Con lo que cuesta ver una llegada en directo para perder tiempo con las fotos. Solo Richard Carapaz, ahora tercero, se salvó del caos y entró con los esprinters. Enric Mas, muy atento, solo perdió 14 segundos, 12 menos que Tadej Pogacar, que prefirió no arriesgar.