El Aula Cultural despertó al Guardés de su sueño copero. Una bofetada de realidad para las de Prades, incómodas en las semifinales de un torneo complejo, asfixiante por lo apretado del calendario, que obliga a jugar bien, pero a dominar las emociones. Fueron mejores las de Valladolid, que tuvieron un muro en la portería gracias a Lourdes Guerra y que en ataque ametrallaron al Guardés por medio de Cifuentes y de Téllez, a las que las gallegas no fueron capaces de poner freno en el segundo tiempo pese a los intentos desde el banquillo por buscar otras soluciones con el cambio de defensa. En una carrera desesperada por acortar diferencias y por meterse en el partido las de Prades desperdiciaron en el tramo final un par de ataques para situarse a un solo gol de diferencia y dibujar un escenario distinto, pero les faltó el acierto y la calma para darse una oportunidad. El Aula pudo disfrutar entonces de la alegría de verse en la segunda final de Copa de su historia.

El Guardés solo fue mejor en los primeros cinco minutos de partido. Como en los cuartos de final, las de Prades arrancaron con un parcial de 3-0 ante un Aula que el día anterior había sorprendido al vencer al Rocasa, anfitrión del torneo. A partir de ahí el partido fue una tortura para el Guardés, incapaz de imponer su ritmo y jugando siempra a la velocidad que marcaban las castellanas. El partido no tardó en igualarse y a partir de ahí no hubo mucho a lo que agarrarse. Ni siquiera la portería fue el habitual asidero. Todo lo contrario. Carratú intervino poco mientras en el otro lado del campo Lourdes Guerra demostró que estaba decidida a convertirse en una de las protagonistas del partido. El duelo se movía en diferencias mínimas, en un intercambio de goles que el Guardés mantenía pese a detalles en contra como el asunto de las exclusiones (sufrieron cuatro en el primer tiempo, por uno de sus rivales). Una desconexión en el último tramo del primer tiempo las llevó a ir al descanso 14-16 en contra. Un pequeño palo anímico porque justo ese hueco se abrió cuando tenían una jugadora más en la cancha.

El segundo tiempo reafirmó los problemas del Guardés que ya no encontró al pivote como en la primera entrega y que sufría en cada ataque. Solo Lima, su mejor recurso, parecía tener las cosas claras. Todo lo demás era confusión. Por contra, el Aula demostró tener recursos suficientes. Téllez, Cifuentes y Delgado desequilibraron en acciones de uno contra uno de forma insistente. Sempere, que sustituyó a Carratú, intervino en un par de acciones cuando las vallisoletanas llevaron la ventaja a los cuatro goles (16-20) para devolver algo de vida a un partido que amenazaba con romperse. Esas intervenciones permitieron a las de Prades atacar con dos goles de desventaja, la ocasión para meterse de lleno en el partido, de abrir un escenario diferente. Pero siempre se equivocaron en ese instante decisivo. Y el Aula decidió que ya no era de conceder más oportunidades. Prades eligió una defensa abierta primero y de una mixta a Téllez pero no había forma de darle la vuelta a aquello. El Guardés volvía a demostrar que la Copa sigue siendo un territorio vedado. El Aula buscará el título en una sorprendente final ante el Elche, verdugo del Bera Bera.