Lluis Cortés ha desvelado su arenga a las jugadoras del Barcelona antes de la final de Champions del pasado domingo contra el Chelsea en Gotemburgo. “Les dije que si hacíamos nuestro partido y hacíamos lo que sabíamos hacer y nos los pasábamos bien, el partido acabaría bien”, ha asegurado el técnico. Un poco al modo de Cruyff antes de la final de Wembley contra la Sampdoria, con su legendario: “Salid y disfrutad”.

Esa es la filofía en sustancia y también el afeite cosmético que lo decora. Detrás de las frases que pasan a la historia existen muchas horas de entrenamiento, vídeos, charlas, pizarra... Esa máquina perfecta que es el Barcelona femenino se sostiene sobre el trabajo y el talento de la plantilla y de los diecisiete profesionales que las atienden; entre ellos, el vigués Jonathan Giráldez, que comparte el cargo de técnico adjunto con Rafel Navarro.

Giráldez llegó al Barcelona de la mano de Cortés en enero de 2019, tras la destitución de Fran Sánchez. El cuadro azulgrana había enlazado cuatro temporadas de sequía. Desde entonces lo han ganado todo. En España arrasan y esta temporada, aunque se les escapó la Supercopa, lograron la Copa y encadenan 26 victorias en otros tantos partidos ligueros. La única herida que necesitaban curarse era la final de Champions perdida por 1-4 ante el Olimpique de Lyon en 2019 en Budapest. Entonces ya perdían 0-2 al primer cuarto de hora. “Le dije a mi segundo: ‘¿Qué hacemos para que no nos metan ocho?’. No pensaba en remontar, sino en no hacer el ridículo”, recuerda Cortés. “Y el domingo,pensé: ‘Buah, Emma Hayes está igual que yo hace dos años’”.