Después de haber perdido muchos puntos en la segunda vuelta, el Atlético ha esperado a no tener ventaja para mostrar su cara más solvente. Ante la Real Sociedad, el equipo de Simeone cristalizó su buen juego inicial en goles y ganó su primera final por la Liga.

El paso hacia adelante en la pelea por el título es trascendente. La victoria atlética descarta matemáticamente al Sevilla para el título, deja al Barcelona a cuatro puntos y al Madrid, que tiene que jugar hoy, a cinco. El Atlético puede ser campeón ante Osasuna y termina en Valladolid.

Simeone ha encontrado un sistema con la que se encuentra tan cómodo como como el 4-4-2 clásico de los inicios del cholismo. A veces es tan sencillo como colocar a los mejores en su posición más dañina para el rival, sin inventos de carrileros fuera de sitio: Suárez cerca del gol, Carrasco como extremo y Llorente como interior.

Aquel equipo campeón en 2014 era un muro infranqueable en defensa. Esta nueva versión del cholismo es más feliz con el balón, más veces frustrante, pero también a veces más brillante, como ante una Real Sociedad que le dio alternativas a los jóvenes y casi da un susto. Más allá del descanso, pudo sentenciar el Atlético, pero tuvo que aparecer Oblak y, en los últimos diez minutos, marcó la Real para que los de Simeone terminaran con cara de susto.