Acaricia el Guardés el subcampeonato de Liga. El mismo día que el Bera Bera sellaba el título de manera oficial, las gallegas se imponían en el duelo ante el Rocasa (27-26, 14-15 al descanso). Las gallegas han garantizado con este resultado (idéntico al cosechado contra las canarias en Telde hace solo diez días 26-27) que en caso de empate a puntos –el conjunto canario se encuentra ahora mismo a cuatro puntos de las gallegas pero tienen un partido pendiente– la segunda plaza se queda para el conjunto de A Guarda. A falta de dos jornadas en el grupo por el título, el Super Amara Bera Bera ya se ha proclamado campeón con un colchón insalvable de seis puntos. Para el Guardés la aspiración está clara: ganar los choques contra KH-7 Granollers y Liberbank Gijón para poder poner un broche impensable al inicio del curso repitiendo el subcampeonato liguero firmado de manera amarga en la 17/18. Como merecido regalo llegaría también la enésima clasificación para Europa. Las de Prades han podido confirmar su magnífica dinámica y trayectoria en el segundo tramo de la competición consiguiendo 11 de los 12 puntos en juego. Otro partido más que se decidió en las pizarras de José Ignacio Prades y Carlos Herrera y con el juego con el pivote como apuesta clave en la victoria local.

De igual modo que en Telde, el partido entró en una dinámica de igualdad que mantuvo la emoción hasta los compases finales. El marcador de A Sangriña lucía el minuto 25 de la segunda parte. Tan solo habían pasado unos segundos del tiempo muerto de Carlos Herrera (Min. 54:32) con el 24-24. Patrícia Lima se sacó una de sus genialidades para anotar en apoyo el 25-25. Rocasa, como el Guardés, se mostró nervioso durante el partido. Llegó una pérdida de balón más. Valero, sensacional en 6 metros, puso el 26-25. María Gomes la lanzó fuera y Silvia Navarro paró para que María González en segunda oleada ajustase para el 26-26 a falta de minuto y medio. Llegó Arcos hasta 6 metros en el uno para uno y un empujón decantó el partido. Los árbitros señalaron el siete metros que de manera decisiva anotó Paulina Buforn (27-26) a falta de 45 segundos. Aún quiso Carlos Herrera apurar sus últimas opciones, Haridian Rodríguez y Alba Spugnini se plantaron en seis metros, pero una defensa local sensacional desesperó a un Rocasa que acabó por perder el último balón del partido… Fue la explosión de felicidad local, el éxtasis de un equipo que huele el subcampeonato y que ya sabe que jugará de nuevo en Europa.Un clásico ya del deporte gallego, una de estas cuestiones que empiezan a resultar habituales. No deja de ser un gran acontecimiento.