El presidente del Deportivo, Antonio Couceiro, avanzó después de la junta extraordinaria de accionistas celebrada ayer el escenario de futuro en el que se moverá el club en las próximas temporadas después de frustrarse el regreso al fútbol profesional. Está todavía por ver en qué categoría militará el equipo, pero el dirigente blanquiazul avisó de que la inversión efectuada este curso no se podrá mantener.

Habrá ajustes obligatorios porque los ingresos seguirán muy mermados, pero el objetivo seguirá puesto en el ascenso a Segunda División. Para eso deberá garantizarse primero una de las dos plazas en juego en la Primera Federación, aunque Couceiro subrayó que el máximo accionista, Abanca, mantendrá su apuesta a “largo plazo” en la entidad sea cual sea el desenlace del campeonato.

En cualquier caso, las perspectivas serán de importantes dificultades debido a que, ocurra lo que ocurra, el Deportivo competirá una temporada más fuera del fútbol profesional. El contexto de la pandemia agrava un escenario ya de por sí comprometido, recordó Couceiro, y complica unos resultados económicos que deberá compensar Abanca. La entidad financiera se verá obligada ya en este ejercicio a asumir el agujero de nueve millones de euros que anticipa el presupuesto aprobado en la asamblea.

Esas pérdidas son consecuencia de la apuesta deportiva efectuada por el anterior consejo de administración encabezado por Fernando Vidal de la mano del todavía director de fútbol, Richard Barral, cuyo futuro dejó ayer en el aire Couceiro. Esa inversión, adelantó el presidente, no se podrá replicar la temporada que viene, pero aún así lo más probable es que también se produzca un déficit en la cuenta de resultados. Será así, avisó Couceiro, hasta que el Deportivo regrese a las categorías profesionales del fútbol español. Mientras tanto, Abanca deberá cuadrar los números mediante inyecciones de capital.

“El plazo que manejamos es volver cuanto antes a Segunda División”, manifestó ayer Antonio Couceiro sobre el objetivo del curso que viene. “Hay que mantenerse en Primera RFEF y preparar al equipo para tratar de volver a Segunda. Es una situación compleja en esta apuesta a largo plazo por parte de Abanca. Habrá que adoptar medidas para que el Dépor tenga la solvencia necesaria, pero trataremos de mejorar la plantilla y conseguir ese objetivo de forma inmediata. Habrá limitaciones financieras y el esfuerzo económico no se podrá mantener otro año. Habrá que tomar decisiones. Mientras no militemos en el fútbol profesional difícilmente podremos tener unas cuentas equilibradas”, precisó.

Antonio Couceiro se mostró prudente y no quiso avanzar cifras del próximo ejercicio ni las cantidades que deberá aportar Abanca para mantener la estructura del club sin necesidad de ajustes drásticos para aspirar a regresar lo antes posible al fútbol profesional, pero fue contundente en cuanto a la importancia del máximo accionista en el funcionamiento actual de la entidad. “Quien nos está aportando la liquidez para seguir funcionando es nuestro principal accionista”, subrayó.

El futuro del club, sin embargo, está a expensas de lo que ocurra en las dos últimas jornadas de la segunda vuelta de la competición. El equipo deberá garantizarse una de las dos plazas en juego en la Primera Federación y, aunque actualmente parte con ventaja, el rendimiento irregular que ha mostrado añade incertidumbre al horizonte más inmediato. Couceiro no quiere ni oír hablar de nada que no sea militar el próximo curso en la categoría que sustituirá a la actual Segunda División B, pero insistió en la viabilidad del proyecto con Abanca al frente. “El primer accionista ha trasladado que apuesta por el Deportivo a largo plazo y si hay que partir desde la Segunda Pro, partiremos desde la Segunda Pro”, apuntó.

Por delante está el giro hacia un proyecto de cantera que pretende implantar el propietario y los ajustes necesarios que habrá que afrontar en la parcela deportiva. En ese punto aflora el nombre de Richard Barral, director de fútbol y uno de los principales responsables de la confección de una plantilla que se ha quedado lejos del objetivo. Couceiro evitó pronunciarse sobre el futuro de Barral, pero dio alguna pista. “Que cada uno asuma responsabilidades y el consejo tomará decisiones cuando toque”, deslizó el dirigente blanquiazul.

Lo que ocurra con el director de fútbol será determinante en la inevitable reestructuración de la plantilla, condicionada al mismo tiempo por los contratos de jugadores que debían ser determinantes en el proyecto. La duración de algunos preocupa en el seno del consejo de administración, según admitió el presidente. “Es un problema que hay que afrontar y trataremos de gestionar de la mejor forma posible. Es una preocupación, pero las decisiones sobre el futuro de cada jugador vienen dados por la categoría que juguemos, el contrato entre club y jugador, el interés del futbolista...”, reflexionó.

Lo que está claro es que el Deportivo del futuro pasará por la potenciación de la cantera, olvidada durante los últimos años. Se necesitará tiempo y también inversiones, reconoció Couceiro, pero será la base del plan trazado por el máximo accionista. “Se apostará por este modelo, eso es algo clarísimo. Dentro de los diferentes escenarios que se estudian en el plan estratégico, se elige claramente el desarrollo de la cantera. Vamos a tratar de impulsar todo lo relacionado con la promoción de jóvenes talentos. La cantera de Galicia y el norte de Portugal. Darles facilidades para que puedan incorporarse a primeros equipos. Para eso hace falta tiempo, trabajo e inversión, y también profesionales”, resaltó.